¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba tumbada en el sofá, con papel y bolígrafo en cada mano, con la cabeza de Delgato encaramada en mi regazo y Chain tumbado encima de mi pie.
-Universal Studios... hmmm. - Me dije a mi misma, bajando por la pantalla del Teléfono que Leo me había dejado, mirando diferentes atracciones.
Sólo había un número en él, el suyo. No podía llamar siquiera a la policía desde aquí. ¿Qué clase de programa tenía éste teléfono?
Garabateé en el papel las atracciones que quería montar y qué día estaríamos en Universal. Tenía casi todo planeado básicamente y creo que me merezco un descanso. El reloj decía las 5 en punto y por experiencias anteriores, era la hora de comer de los perros.
-¿Tienen hambre, chicos? – Reí ante mi tonta pregunta pero me sorprendí cuando todas las cabezas se levantaron y corrieron a la cocina, siguiéndolos yo después.
-Si fuese Leo, ¿dónde pondría la comida de los perros? - Susurré, abriendo todos los armarios.
Finalmente la encontré y la eché en los cuatros comederos, todo metiendo sus cabeza para comer. El móvil empezó a sonar de repente desde el sofá y corrí a cogerlo.
-¿Hola? -
-¿Cómo lo llevas, cariño?-
-Estoy bien, acabo de darle de comer a los perros. - Le expliqué, tapando el Bolígrafo.
-Bien, bien, estaré en casa en 15 minutos. ¿Has planeado ya todo, gatita?-
-Sip. - Dije pronunciando fuerte la p.-
-Genial. No me extrañes mucho. - Dijo descaradamente.
-No es probable. - Rodé mis ojos.
-Adiós, pequeña. - Y con eso colgué el teléfono.
Solté el teléfono y me estiré en el sofá, Killer vino corriendo y saltó encima de mí.
-¡Ouf! ¡Killer pesas mucho! - Reí, acariciando sus costados.
Delgato empezó a ladrar y a mover la cola, corrió hacia mí y me lamió la cara.
Empecé a reír y finalmente me saqué a Killer de encima.
-¡Dios, chicos me van a matar!-
Tank corrió de repente hacia la puerta, sus patas rascando la madera y empezó a gemir. Probablemente tenga que usar el baño.
-Tank, ¡no sé qué hacer! Leo puso alarmas en las puertas.