Mamá de mentira

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-La pasaste muy mal después de regresar a tu casa, ¿no, mamá?, ¿o eso también fingiste olvidarlo?

-Eso... Eso no se olvida.

-Tu madre y padrastro te recibieron con mucho apoyo tras enterarse de tu pérdida del bebé, pero al pasar el mes, se olvidaron de ti, ¿no es así?, te siguieron tratando igual que antes, como si fueras una página blanca en un libro.

-Ellos no cambiaron jamás su actitud, ni siquiera al saber por lo que yo había pasado.

-Pero hay algo más, mamá.

-Sí, y creo que la sabes. No sé por qué necesitas que te lo diga. No sé por qué necesitas hacerme recordar lo que mi padrastro me hacía. ¡Dios!, odiaba tanto esa casa. Desde el divorcio supe que mi vida estaba arruinada, pero el imbécil de mi padrastro la deshizo todavía más.

-Mamá, lo lamento. Lamento todo lo que sufriste.