Mamá de mentira

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-Tendrás dos nombres.

-¿Dos?, eso me gusta.

-Aprendí muchas cosas durante mis horas de lectura en la iglesia, pero lo que más me llamaba la atención, era el poder que tenían aquellos nombres bíblicos de lugares increíbles y personas valientes. Quiero que te llames... Noaj David. Noaj, porque eres mi consuelo y mi reposo, David porque desde siempre te he querido.

-¡Te amo mami!- exclamó Noaj corriendo a abrazar a Julie.

Julie lloró de alegría al ver más feliz que nunca a su hijo.

-Creo que es hora de irme. No puedo quedarme aquí, por desgracia.

-Te voy a extrañar mucho mamá. Te encantará el cielo. Todo lo que te hace feliz estará ahí. Solo eso.

-¿Entonces tú estarás ahí?

-Que sea sorpresa.

Julie le dio un beso en la frente al niño, y comenzo a retroceder hacia una tenue luz que iba aumentando detrás de ella. No quería perderse ni un instante del rostro de su hijo.

Noaj agitaba su manita.

Julie estaba tan feliz.

Ahora todo estaba bien.