Capítulo 5 - Los Cura

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Un calor extraño abrazó mi cuerpo llenándome de una sensación de calidez familiar. Una sensación que me pareció extraña y reconfortante. A la vez sentí como mis pies ya no estaban sobre suelo firme -más bien sobre ningún tipo de suelo-. No podía ver absolutamente nada, una luz brillante me cegaba.
Sentía una sensación de vértigo en el estómago, mis oídos estaban taponados, mi cabeza embotada, ...
Podía sentir un ligero hormigueo en los dedos de mis manos y una pesadez enorme en mis piernas. Fui capaz de oler tantos aromas que me fue imposible distinguirlos todos.
Aunque pude captar alguno. Algunos de los más extraños y familiares fueron el olor a agua estancada y jazmines, a tostadas, el perfume de Paz, espuma de afeitar, algo parecido al olor del aceite en el que se fríen las tortas y olor a tubería.

Mi garganta estaba totalmente seca, mi corazón latía tan fuerte que podía sentir su bum bum resonando en mis oídos. Me sentía flotando en medio de la nada, como si estuviera colgando en el espacio.
Estaba temblando. Y no de frío, sino de puro terror. ¿Dónde estaba?

Para cuando logré ver algunos destellos de colores, habían pasado muchos segundos, quizás algunos minutos o incluso horas. Fue ese momento en el que me di cuenta que la sensación de vértigo corría por mis venas.
El calor que me abrazaba se había esfumado y, debido al frío, cada centímetro de mi piel se había erizado.

Cuando por fin, al abrir los ojos, pude ver algo más que destellos, me di cuenta de que estaba precipitándome desde el cielo. Moví piernas y brazos sin parar, como si intentara retroceder. Ya sé, es algo estúpido, ¿pero qué más podía hacer?

El suelo se acercaba a una velocidad pasmosa, pero antes de poder darme cuenta, estaba tirada en el piso, con una mejilla en la tierra y arena dentro de la boca. Me había golpeado la mandíbula, uno de los hombros y mi cadera. Pero por lo menos no había aterrizado sobre asfalto, como la última vez.

Tragué saliva e intenté levantarme, pero me resultaba imposible. Me sentía increíblemente pesada.
Cuando por fin pude sentarme sobre la tierra, comprobé que la mochila seguía en mi espalda y la cadena de Hope en mi cuello. Miré mi hombro, cuya piel se había levantado debido al golpe y la posterior rozadura con la tierra. También tenía un raspón en mi rodilla y, después de mirarme a un espejito que guardé en mi mochila, vi que tenía un ligero hematoma en mi pómulo.

Pero eso no importaba lo más mínimo. Estar ahí, tirada en la tierra, en medio de Dios-sabe-dónde, con la mejilla dolorida y las rodillas magulladas, significaba que había viajado en el tiempo. ¡Había funcionado!

Me levanté de un salto, tan emocionada que ignoré el dolor de mi pierna al caminar. Necesitaba saber dónde estaba, necesitaba encontrar a alguien.

Después de andar unos cuantos kilómetros descubrí que apenas había nada más que una carretera fantasma y cientos de montañas de tierra seca en medio de aquel desierto lugar.
Mis ánimos se estaban derrumbando a cada paso que daba sin encontrar un rastro de vida. Por un segundo pensé que podría estar en el otro plano o en Eudamón o en la Tierra, pero antes de la creación de la vida. Quizás Camilo se había equivocado al introducir el año al que debía viajar. Pero esa opción se desvaneció pronto, tenía que confiar en Camilo.

Durante, al menos, dos horas más estuve caminando al costado de la carretera desierta. Mi estómago crujía, tenía una sed increíble y el sol me estaba abrasando. No podía dar un solo paso más, así que me dejé caer de rodillas sobre la tierra.

Comencé a llorar desesperada, ¿por qué estaba en medio de la nada? ¿Qué estaba haciendo?

Lloré y lloré por algunos minutos. Pero pronto mis ruidosos sollozos tuvieron acompañamiento en aquel silencio sepulcral, el ruido de un motor.
Me levanté como pude, dándome cuenta de que ahora mi rodilla sangraba. No le di importancia.
A lo lejos se podía ver algo parecido a un auto, rodeado de la tierra que levantaban las ruedas cuando pasaban por la carretera.

La historia larga (Casi Angeles 5) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora