Capítulo 16

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Después de estar casi toda la mañana ayudando a mi padre, por fin he terminado las tareas que me había encargado.

—Gracias, princesa.—dijo mi padre con una sonrisa.

—¿Sabes si Barry está aquí?—di un pequeño vistazo pero no había nadie en el cortex.

—No. Creo que ha salido...

—¿Me buscaban?—llegó con una flor en mano.—Tuve que salir. Toma, te traje esto.—me la entregó.

—Gracias.—me sonrojé de inmediato.

—Muy bien tortolitos... no me gusta interrumpir momentos pero tengo que trabajar.—sonrió de manera pícara.

Ambos nos fuimos al cortex para poder seguir con nuestro momento "romántico" del día.

—Eso es para pedirte disculpas por lo de ayer. Estaba cansado y no medí mis palabras.

—No te preocupes.—aún con la disculpa, no podía olvidar que él tramaba algo a mis espaldas.

—Salgamos hoy con los niños, ¿te parece?—asentí.—Entonces déjame ir por ellos.

Nos dimos un pequeño descanso yendo a un parque que se encontraba cerca del laboratorio.
Mientras los niños jugaban, Barry y yo nos entreteníamos viéndolos al igual que disfrutábamos de un rico helado.

—Papi...—con voz triste, Hayley llegó a abrazarlo.—Ningún niño quiere jugar conmigo.

—Entonces siéntate con nosotros.—le respondió él. La cargó y la sentó en sus piernas.—Toma un poco de mi helado.

—Gracias.—comenzó a comerlo como si no hubiera un mañana.—Ustedes dos, deberían de tener otro bebé.

Barry y yo nos soltamos a carcajadas ante aquel inocente comentario de nuestra pequeña.

—¿Por qué lo dices, Hayley?—pregunté.

—Porque no tengo con quién jugar o correr. Toby quiere hacer todo a solas.—hizo puchero mientras lo veía jugar a lo lejos.

—Hayley, no es tan fácil.—le reprochó Barry.—Ahora no es el mejor momento.

—Piénsenlo.—sin más, se acurrucó en el pecho de Barry para quedarse dormida.

El comentario me había puesto a pensar y mucho. Otro bebé sería increíble, el tan solo imaginarme la locura de tener a otro pequeño speedster en la familia, me llenaba el corazón.
Pero la respuesta de Barry a eso, me hizo entristecer un poco, quizá para él no es momento... pero para mí, siempre lo es.

—Tengamos una cita.—me reí.—¿Qué? No hay nada de malo en eso.

—Barry...—puso una cara a la cual no pude negarme.—Vale. ¿Y a dónde iremos?

—Sorpresa.—se levantó con Hayley en brazos y llamó a Toby.—Es hora de regresar.

Regresamos y ambos hablamos con Cait para que cuidara de los niños mientras nosotros no estuviéramos y ella encantada accedió.

Ya entrada la noche, había llegado la hora para ir a nuestra cita. Si que estaba feliz por esto... hacía mucho que no salíamos solo Barry y yo.

—Qué hermosa se ve, señora Allen.—Barry traía puesto un smoking negro y zapatos del mismo color. Él se veía encantador.

—Tú igual te ves bien.—me sonrojé y sentí que me hice pequeñita.

—¡Vaya! Pero si los dos se ven increíbles.—llegó Caitlin con una bandeja llena de dulces y jugos.—Pásenla bien, se lo merecen.

—Gracias. Cualquier cosa, llámanos y estaremos aquí en menos de un segundo, ¿vale?—asintió.

—No se preocupen. Los niños están en las manos de la tía Cait.—sonrió.—Nada les pasará.

Los dos nos fuimos a nada más y ni nada menos que al departamento. Me alarmé porque recordé lo de la noche anterior pero Barry estaba tranquilo...

—Estoy contigo así que nada pasara.—me dio un beso para tranquilizarme.—He hecho la cena, junto con el postre.

Sirvió la lasaña que preparó junto con una copa de vino. Todo esto me era divertido pero me la estaba pasando bien.

—Te agradezco por esto. En verdad necesitaba estar contigo.

—Yo también.—tomó mi mano y le dio un beso.

Ambos seguimos comiendo, hasta que llegó el postre... que era un pastel de chocolate con un poco de licor.

—Es bueno no poder emborracharme.—le dio una mordida a su pedazo de pastel.—Porque me pasé un poco con la cantidad.

—Si bueno... yo no estoy tan segura de que a mí me pase lo mismo.—el licor me había dejado algo torpe tras la primera mordida.

Terminamos de comer absolutamente todo para que después, Barry pusiera nuestra canción en el estéreo que hay.

—Baila conmigo.—me tomó de la cintura y yo crucé mis brazos en su cuello.

—Te quiero.—dije arrastrando un poco las palabras.—¡Ups!

—Creo que alguien le hizo efecto el alcohol.—ambos reímos.—Mejor, juguemos a mi juego favorito.

—Me harás perder estando así y no será justo.

—¿Tienes miedo a que suceda lo de esa vez?—su mano empezó a recorrer mi espalda.—Porque a mí no me molestaría, de hecho me la pasé muy bien.

—¿Me estás proponiendo eso?—me reí fuerte.

—No le veo lo malo, señora Allen.—se aflojó el nudo de su corbata para poder quitársela.

—Barr...—comencé a soplarme del calor que estaba sintiendo por el momento.

—Entonces... ¿qué dices?

No sé si era por el efecto del alcohol pero, Barry se veía más atractivo de lo normal y eso hacía más difíciles las cosas...

—Acepto.

Fast Enough -parte 3 |The flashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora