Capítulo 12

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Empezamos el siguiente día entrenando a Barry. Lo llevamos hasta Ferris Air para que pudiera correr libremente con algunos obstáculos, inclusive... con algunos "enemigos".

—Escucha bien Barry. Al final de los obstáculos, estarán Caitlin y Cisco para pelear contra ti.

—¿No sería mejor contra ti?-me miró un poco preocupado.—Eres una velocista.

—No. Además, Caitlin será una buena contrincante.—frunció el ceño, pareció no entender el porqué.—Es porque la velocidad y el hielo son opuestos.—asintió.

¿Todo en orden?—preguntó Cisco desde el auricular.

—Todo en orden.—le respondí.—Prepárate.-le indiqué a Barry.

Hice sonar una corneta y él salió disparado a los objetivos que tenía enfrente. Los esquivó a la perfección hasta que llegó al nivel donde estaban los chicos.
No le fue bien del todo y más con Cait...

—Creí que iba a morir congelado.—le entregué un par de sábanas.—Nunca había sentido tanto frío en mi vida.

—Si no puedes con simple hielo, no podrás contra él.—lo reprendió Cait.

—Lo siento, pero en verdad no creo poder ayudarlos.—subió a la camioneta un poco desanimado.

Todos subimos tras él. El trayecto no fue para nada incómodo y todo gracias a Cisco. Hizo bromas para que no se hablara de lo que nos preocupa ahora.
Llegamos al laboratorio y Barry se cambió para poder ir a la escuela para la clase de los niños.

—No lo arruines.—le imploré.—Esto significa mucho para Toby y no quiero que algo salga mal.

—Prometo que todo saldrá bien.—me sonrió. Tomó una pequeña mochila y se fue.

Me quedé en el escritorio escuchando el último audio que se registró de Barry. En verdad deseaba que apareciera para ayudarnos con el tema de Thawne.

—Voy por café a Jitters, ¿me acompañas?—Caitlin tomó su bolso.

—Porque no.

Estaba por apagar el equipo, cuando en automático se reprodujo otro audio.

Hola de nuev... cada vez estoy ... cerca de sa..r de la ..pe...e. Pronto regresaré.

—¿Fue uno nuevo?—preguntó ella. Yo solo pude asentir.—Su ubicación ha de estar más cercana, el mensaje se escucha mejor.

—Era él.—mi corazón latía increíblemente rápido.—Cait, era él.—un par de lágrimas salieron de la emoción.

—Le diré a Cisco si puede ayudarnos en esto.

Fue a buscarlo en la sala de investigación. Aproveché el momento para tomar un USB y guardarlo ahí para poder escucharlo con detenimiento más tarde.

—No creo que pueda hacer algo.

—¿Por qué?—pregunté un poco decepcionada.—¿Ya has intentando con su traje?

—Claro. Lo he intentado un par de veces, pero nada ha funcionado.

La aplicación de Cisco que avisa cuando algo sucede en la ciudad, comenzó a sonar.

Fast Enough -parte 3 |The flashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora