Campamento para Gordos

22 de Julio de 1985

22 de Julio de 1985

Ámbar

Cuando das vueltas en un autobús el tiempo es muy corto como para pensar en algo, al impactar contra el suelo una y otra vez, lo único que vino a mi mente fue que iba a morir, unos cinco segundos después ya estaba todo quieto y en silencio, apenas momentos antes el pánico yacía en el interior del autobús lleno de chicos y ahora nadie decía nada, ni siquiera las ramas de los árboles que hacían ruido si el viento soplaba se escuchaban. Cuándo me di cuenta que no estaba muerta no me moví por que no pudiera o por que tuviera algo roto, me quedé inmóvil porque tenía miedo, estaba paralizada, quería escuchar una voz familiar o a la señorita Marta preguntando si todos estábamos bien, no quería ser la única sobreviviente que aquellas mujeres encontraran.

En el momento en que por fin decidí abrir mis ojos lo hice lentamente y una luz amarillenta me hizo cerrarlos de nuevo, mis sentidos comenzaron a despertarse de nuevo y sentí el calor del fuego en mis mejillas a pocos metros de mí, entonces supe que ya no estaba en el autobús, a casó podría ser posible ¿Había estado inconsciente? Cuanto tiempo pasó desde que el camión salió del camino ¿Acaso estaba junto a la fogata que habíamos visto?

Esto no podía estar pasando, nada es real, tan sólo se trata de una horrible pesadilla, todo está bien, llegué al campamento y ahora debo estar durmiendo sobre una cama a salvó en una cabaña, o mejor aún, sigo en casa en la seguridad de mi hogar con mis padres, ellos nunca dejarían que me pasará nada, estaré bien, solamente tengo que despertar.

Mi corazón comienza a latir fuertemente que temo que pueda salírseme del pecho mientras escucho ruido de pasos de alguien arrastrando algo pesado sobre la tierra, temo que hubieran hecho lo mismo conmigo, la idea de tener las manos de una de esas mujeres sobre mí es aterradora, escucho sus voces hablando entre sí, pero no es un idioma que hubiera escuchado antes, pareciera que discuten, y entonces mis oídos captan el ruido que termina con la idea de salir de esta y confirma que es la pesadilla más aterradora que haya tenido nunca, mientras oigo como las mujeres rompen a carcajadas, y de pronto una segunda vez, parece como si alguien golpeara algo con un mazo pero no algo duro sino algo blando, viscoso... la tercera vez al sentir pequeñas gotitas salpicar mi cara sé de qué se trata, no hay gritos de por medio y por consecuente espero que tampoco dolor, siento un nudo formarse en mi garganta por el asco y concentro todas mis fuerzas en contener las lágrimas que luchan por salir de mis ojos junto con las ganas de salir huyendo de ahí, porque entonces sí sería mi fin y pasa lo que menos esperaba... Es su voz la que me hace armar el rompecabezas, y destroza las posibilidades de que sea solo una pesadilla sino algo real.

- ¡Este es el principio de una vida nueva para nosotras, el principio de una vida eterna!

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