III

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- Si  no  vamos  a  ensalzar  con  elogios  a  unos supuestos  escogidos,  no  habrá  envidia  entre  la  gente.

Si  no vamos a exhibir tesoros materiales, no habrá ladrones.  En  otras  palabras,  si  no  vamos  a  poner  a la  vista  los  objetos  de  las  pasiones,  no  habrá  tentaciones.

Un  gobernante  sabio  no  crea  tales  tentaciones para  el  pueblo,  sino  que  se  preocupa  de  que  las  personas  estén  bien  alimentadas.

Esto  elimina  las  pasiones  y  fortalece  la  salud  de  los  súbditos.

Sí,  un  gobernante sabio siempre se esfuerza para que la gente no tenga tentaciones  y pasiones y para que las personas profundamente viciosas no se atrevan a actuar.

La  ausencia  de  todo  lo  mencionado  trae  la  tranquilidad.

El Tao Te ChingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora