LVII

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- De  Tao  emanan  la  tranquilidad,  la  armonía y la justicia.

Pero  entre  las  personas  están  la  astucia,  la  avidez, el engaño y la violencia… Es  posible  entrar  en  Tao  sólo  a  través  de  la  no acción.

Cuando  las  personas  buscan  acumular  muchas cosas innecesarias, se empobrecen espiritualmente.

Cuando  se  producen  demasiadas  armas,  inevitablemente,  se  incrementa  la  delincuencia  y  surgen los motines.

Cuando los artesanos diestros concentran todos sus  esfuerzos  en la creación de los objetos materiales de  valor,  los  fenómenos  milagrosos  dejan  de  ocurrir en el país.

Cuando  las  leyes  y  las  represiones  se  vuelven demasiado  severas,  la  oposición  y  el  número  de  personas descontentas crecen.

Por  eso  la  persona  sabia  se  aparta  de  la  vanidad y  deja  que  todos  los  acontecimientos  ocurran  sin  su participación directa.

Hay  que  empezar  los  cambios  en  uno  mismo.

Yo  procuro  alcanzar  el  silencio  y  la  tranquilidad  interiores    y  los  demás,  observándome,  se  calmaran.

No busco  poseer  muchas  cosas  materiales  y  las  personas a mi alrededor empiezan a satisfacerse con poco.

Vivo  sin  apegos  terrenales  ni  pasiones  y  la  gente  a mi  alrededor  llega  a  la  sencillez  y  naturalidad  de  la vida.

El Tao Te ChingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora