LVIII

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- Cuando  los  gobernantes  terrenales  rigen en tranquilidad y armonía, las personas también son tranquilas  y  pacíficas.

Y  ellas  no  buscan  nada  más allá de este bienestar.

Por  el  contrario,  cuando  los  gobernantes  terrenales  actúan  con  excitación  y  agresividad,  las  personas  empiezan  a  sufrir.

Entonces  en  lugar  del  bienestar,  sobrevienen  las  desgracias  y  calamidades.

Y  la gente  se  pone  a  pensar,  a  buscar  la  salida,  y  algunos la  encuentran  llegando  a  la  no  acción  y  sumergiéndose  en  la  Luz  del  Tao  Infinito.

A  fin  de  cuentas,  la suerte y la felicidad nacen de la aflicción.

Como  vemos,  la  felicidad  y  la  infelicidad  se  engendran una a la otra.

La  persona  sabia,  en  cambio,  es  siempre  tranquila,  suave,  cariñosa  y  justa.

Ella  no  quiere  tomar nada  de  otros.

Es  desinteresada  y  no  le  hace  daño  a nadie  con  nada.

Es  veraz  y  vive  en  armonía  con  Tao, con la naturaleza y con todos los demás.

Es luminosa, mas no brilla.

El Tao Te ChingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora