Memorias.

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-Entonces... ¿Kushina será la Jinchūriki del Kyubi?- preguntó el pequeño Ryusei, en el salón de reunión de consejeros en la mansión de Konoha.

-Efectivamente- asintió su padre, sentado a su lado. Era un hombre de lentes, cabello rojizo y lacio como el de su hijo, pero de ojos negros.

-... ¿Qué voy a hacer entonces?- murmuró Ryusei, nervioso- ¿Iré a la academia junto a ella?-preguntó, esperanzado.

-... No- escuchó, mientras se abría la puerta.

El niño se volteó, para ver quien entraba.

Un hombre de cabello oscuro, con su ojo derecho vendado, y una cicatriz en forma de "x" en el mentón, seguido de dos shionobi de capucha con máscaras de animales.

Al verlo, el pequeño Uzumaki, sin saber cómo, pudo entender que ese hombre no era alguien en quien confiar.

-Ah, me alegra que llegara- sonrió el padre de Ryusei, mientras el sujeto se sentaba en el sillón frente a ellos, y los dos shinobi encapuchados se apostaban detrás.

-Sí, lamento el retraso, pero Hiruzen me entretuvo un poco- admitió el hombre- Considera que él también debería hacerse cargo del niño, además de la Jinchūriki-

-Bueno, en lo personal, me gustaría que el Tercer Hokage se hiciera cargo de mi hijo- admitió el líder del clan Uzumaki.

-Los métodos de Hiruzen no permitirían que el niño pueda controlar su poder como debe ser. Es demasiado blando- aseguró el pelinegro, abriendo un poco su único ojo- Recuerde nuestro trato: Konoha mantendrá seguros a la Jinchūriki del Kyubi, y al portador del Idenmechigan, siempre y cuando nos permita disponer de ambos-

-Sí...- asintió el pelirrojo, serio.

Ryusei miró extrañado a su padre. ¿Disponer de ellos? ¿A qué se referían con eso?

Ese día había llegado a Konoha antes que Kushina, porque, según su padre, no sería sospechoso que dos Uzumaki llegaran a la aldea con diferencia de tiempos.

-Este...- llamó el niño, algo temeroso, tomando la atención de los adultos- ¿Por qué no puedo entrar a la Academia?- preguntó, bastante curioso.

-Si estuvieras en la Academia, estarías expuesto- aseguró el hombre del vendaje en su ojo, poniendo más nervioso al niño- Se lo he dicho a Hiruzen, pero él insiste en que la nueva Jinchūriki esté relacionada con otros humanos. Que blando- le dijo al padre del niño- Has tenido suerte que el consejo decidiera que yo me haga cargo del niño, e Hiruzen de la Jinchūriki. Si él estuviera a cargo de ambos niños, no puedo asegurarte que sean sacados sus potenciales- miró a Ryusei, quien se asustó un poco-En Raíz estarás mucho mejor, y podremos darle un buen uso a esos ojos que tienes-

"¿Mis ojos...?" se extrañó más Ryusei, sin poder evitar sentir, de alguna forma, oscuridad en ese hombre. Sí, avaricia, envidia, rencor, y odio... Eso emanaba aquel sujeto...

-... Disculpe... ¿Q-Quién es usted?- se atrevió a preguntar el pelirrojo de ojos ámbar.

-Cierto, todavía no me he presentado contigo- se dio cuenta el sujeto- Me llamo Shimura Danzo, y desde hoy seré quien te enseñe lo que te ayudará a sobrevivir-

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Ryusei abrió los ojos, sudando un poco.

El Zorro de Konoha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora