La verdadera oscuridad... ¿Quién la controla?

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-¿Estás seguro de dejar al zorro solo, Ryusei?- preguntó Zetsu, mientras el pelirrojo caminaba por el bosque muerto de la isla, ignorando que su herida del pecho, que había vendado anteriormente con parte de su túnica, había comenzado a abrirse.

-No hay forma de que se libere del Idenmechigan- aseguró Ryusei, apoyándose en un árbol para descansar- A menos a que yo lo decida-

-¿Irás a preparar el santuario ahora?- sonrió su palma- Parece que te caerás en pedazos-

-Mi estado no importa... Cuando Jashin pise esta tierra pagana... Mi vida ya no tendrá sentido...- jadeó Ryusei, pero sus piernas le temblaron y cayó sentado al césped muerto.

-Te caíste, pero no en pedazos- sonrió Zetsu.

Ryusei decidió ignorarlo, y sacó de sus alforjas un collar de perlas negras.

Al verlo, frunció el ceño, molesto con la Yokai, y sus últimas palabras antes de que la sellara...

¿Cómo podía sentir amor por un Biju...? ¿Cómo podía arriesgarse por un ser inmortal? Aunque todo fue un engaño por el plan de Zetsu, la misma Natsumi recibió aquella cadena negra para proteger al Kyubi, sin importarle que pudiera morir...

¿Cómo puede amarlo...?

Apretó su puño, sin poder comprender la relación entre la Yokai y el Biju... Eran diferentes... Vivieron vidas diferentes... Una vivió la paz y amor en su hogar, en cambio el otro vivió la crueldad de los humanos, sin hogar y sin nada ni nadie que le importara...

¿Cómo pudieron crear un lazo de amor tan fuerte, en tan poco tiempo...? ¿Eso era posible...?

-¿Arrepentido?- le preguntó Zetsu, sonriendo.

-Pensativo- corrigió Ryusei, guardando el collar- A veces no puedo comprender los tabú de los paganos... Con la excusa de que son felices, están destinados, no se dan cuenta que abarcan dos naturalezas distintas y opuestas- se levantó, apoyándose en su guadaña- No lo entiendo...-

-Estos temas humanos no son de mi interés- sonrió Zetsu.

-Ninguno de ellos es humano- le hizo notar Ryusei, ganándose una leve risita.

-Pero, aun así, creo que podría decirte que fueron las circunstancias... Es eso lo que une a los que se encuentran solos, a los que sufrieron, a los que no les queda nada... Buscan cobijo... ¿Y qué mejor que alguien que siente la misma soledad? Es necesidad, Ryusei... Pura conveniencia...-sonrió su palma.

-... ¿Conveniencia...?- murmuró el pelirrojo, frunciendo el ceño, pensativo.

Si era por conveniencia... ¿Por qué el Kyubi lloraba desesperadamente ante la muerte de Natsumi...? ¿En qué le convenía...?

-... Enamorarse de un mortal...- murmuró Ryusei, tomando la atención de Zetsu- Lo único que le traería sería una cruel despedida... Solo adelantamos el dolor que sufriría tarde o temprano-

-Oh, oh, oh-lo miró curioso Zetsu- ¿Escucho arrepentimiento? ¿Intentas justificar tus acciones?-

-Intento entender las suyas- admitió el pelirrojo- Un monstruo enamorado... No lo comprendo del todo... No suena posible...-

-Y no lo será y lo sabes- sonrió su palma negra, haciendo que él la mirara- Una vez traigas de regreso a padre... No será necesario comprender anormalidades como esas-

El Zorro de Konoha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora