Preparaciones.

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Había un sol deslumbrante en el cielo, con tanta intensidad que daba la impresión de estar en pleno verano, cuando se estaba a pocas semanas de entrar a otoño.

En Konoha, las construcciones de los edificios dañados avanzaban rápidamente, gracias a la llegada de las aldeas que vinieron en pos de ayuda.

Kumogakure, Kirigakure e Iwagakure habían llegado dos días después de enviar la respuesta al mensaje de ayuda, y ese día debía de arribar Sunagakure, con los medicamentos prometidos.

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Residencia Uzumaki.

-Kurama-chan, estás perdiendo el tiempo- aseguró Sarada, sentada en el patio de la casa casi destruida, observando como el Kyubi sacaba varios de los escombros con sus manos y sus colas. A su lado estaba el Cuervo, observando el lugar.

-No estoy perdiendo nada- murmuró el zorro, ignorándola.

-Pero si Naruto-san ya recuperó lo que se podía salvar- le recordó la niña, abrazándose las rodillas, mientras Kurama seguía inspeccionando lo que antes era el salón de la casa- Todo lo demás quedó quemado o hecho cenizas. ¿Qué es lo que tanto buscas?-

-Nada importante- murmuró molesto Kurama, levantando un trozo de madera, para solo ver parte de la alfombra quemada- Demonios- lo soltó, y siguió buscando con la mirada-... Tal vez esté en la habitación...- pensó en voz alta, caminando entre los escombros.

-Pero es extraño...- admitió Sarada, consciente que aquel ser de nueve colas la escuchaba, aunque aparentaba ignorarla-¿Realmente los cuerpos de los Jashinistas se volvieron cenizas?- se preguntó, rascándole la cabeza al pájaro negro a su lado, quien cerró los ojos para disfrutar la caricia.

Kurama se detuvo y la miró de reojo.

También se preguntaba lo mismo, ya que, hacía ya cuatro días después del ataque, cuando él y Naruto, junto algunos shinobi, fueron a revisar los escombros de la casa, no encontraron los cuerpos del grupo de Jashinistas que habían atacado a la familia Uzumaki.

Y no solo era eso. Al parecer, el cuerpo del Jashinista capturado, también había desaparecido...

No le agradaba nada.

¿Por qué no estaban los cuerpos? Y si los Jashinistas se lo llevaron, ¿para qué?

Y, más encima, aquel día, cuando recuperaron de la casa los documentos que se salvaron, un poco de ropa de cambio para los niños, y unas cuantas fotos (Naruto bailó como loco al ver que el porta-retrato familiar se salvó del fuego, fastidiándolo), su Jinchūriki había sacado una vieja caja de lo que quedaba de su habitación.

"Es solo algo importante" le había dicho el rubio, cuando el zorro le preguntó extrañado sobre aquel objeto que no había visto antes.

Después de eso, y de que llegara Tsunade, Naruto salía mucho de la aldea. Solo aparecía en la noche, bastante cansado, pero sin decir que hizo en todo el día, en vez de ayudar en la reconstrucción o estar tiempo con su familia.

Algo estaba haciendo, y parece que necesitaba la ayuda de la Senju.

¿Y si estaba entrenando para sacar más chakra del sello que tenía impuesto? Se lo habría dicho... aunque últimamente la relación entre ambos se había vuelto muy distante, ya que el zorro estaba enojado porque el rubio le omitía bastante información, a pesar de que pronto viajarían.

Se supone que viajarían a Uzushiogakure en unos días, aunque primero Kakashi tenía que tener una reunión con los Kages para hablar de la situación, y ver si se permitirían que Konoha se encargara del peligro que representaban los Jashinistas.

El Zorro de Konoha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora