El Zorro de Konoha.

Ataque.

-... Oye, Takumi- murmuró Hiruki, pacientemente.

-Te escucho-se extrañó el pelinegro...

-¡¿POR QUÉ TE TRAJISTE A ESTOS NIÑOS?!- exigió saber la mujer, haciendo que el bosque temblara levemente.

Los tres Jashinistas estaban ocultos en una cueva, junto a Inojin y Sarada, ambos amarrados e inconscientes.

-¿Por qué te enojas?- el pelinegro la miró extrañado, sacándose su máscara, mostrando ojos negros, y una cicatriz en el mentón- Son los Uzumaki-

-¡NO! ¡Ryusei y yo estuvimos arriesgando el pellejo para darte una oportunidad para secuestrar a los niños! ¡¿Y tú te traes unos chibis equivocados?!-pataleó exasperada la mujer.

-Son un rubio y una pelinegra- señaló Takumi.

-... Takumi- lo llamó Ryusei, que estaba sentado a la entrada de la cueva. El pelinegro lo miró- Los Uzumaki tienen dos marcas de bigote en las mejillas-

-... ¿Eh...?- el pelinegro se quedó en blanco.

-¡¿Ves?!-señaló exasperada Hiruki.

-Además, por lo que he escuchado, el rubio tiene unos extraños ojos- recordó el pelirrojo, tomando la atención de sus compañeros- Ojos blancos, pero con pupila...- los miró-Parece una evolución del Byakugan-

-Eso solo nos demuestra que perdiste una buena oportunidad- resumió Hiruki, mirando enojada al pelinegro.

-No perdimos nada. Podemos ofrecerlos a Jashin- señaló Takumi, mirando a los dos pequeños.

-No- Ryusei se levantó- Por ahora, no- se les acercó- El muchacho tiene un chakra normal, pero la niña...- miró a Sarada, quien dormía tranquilamente-... Tal vez esto no sea una pérdida de tiempo...- miró a sus compañeros- Tendremos que atacar directamente. Takumi, te quedarás con estos niños. Si intentan escapar, sacrifica al niño al Gran Jashin, pero, si no te ves obligado, no le hagas nada a la niña. Creo que también podríamos ocupar su chakra, es bastante potente para ser tan joven-

-¿Significa que nos vamos al plan B?- sonrió Hiruki, empuñando su guadaña- Me parece bien... El gran Jashin quedará complacido con el alma de la Hyuga que le enviaré con gusto-

-No desaproveches tu oportunidad. Tal vez también logre capturar al Kyubi - y, sin más, Ryusei se fue de la cueva, acompañado por una divertida Hiruki, sin sorprenderse en encontrar fuera a varios miembros de Jashin, todos listos para escucharlo.

Los miembros de la secta, al verlos salir, se incorporaron. Eran como unos cincuenta o más.

-Es hora de poner la mano del gran Jashin en todos estos herejes-ordenó Ryusei- Deben recordar el abrazo de la destrucción total y de la muerte que nos sigue a todos por igual-

-¡SÍ!- se levantaron puños y guadañas, preparados para el ataque.

-Que Jashin nos dé una buena matanza- pidió Ryusei, empuñando su guadaña, diferente a las demás, y más peligrosa que cualquiera.

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En la sala de misiones Jounin, estaban todos los shinobi de esta categoría disponibles, unos 10, junto a los de nivel Chunin, que eran unos 20. Los treinta shinobi esperaban la entrada del Hokage, quien al parecer estaba deliberando una estrategia con los ancianos de la aldea.

En eso, Naruto y Kurama entraron a la sala. El rubio, con su protector de la aldea puesto y una chaqueta shinobi encima de su ropa naranja, se veía bastante serio.