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Día 3:

-¿Esa era Chloe? -preguntó Marinette, ya que todavía no podía asimilar que la rubia era la hija del jefe Papillon.

-Si -fue lo único que dijo Adrien.

-Vamos debemos seguirla seguro que ella nos llevará directo al despacho de su padre

Una vez estuvieron en el suelo empezaron a ir por donde se había ido su compañera.

-Por fin acabaremos esto -dijo la oji-azul con alegría.

🤓🤓🤓

Día 4:

Otra vez tuvieron que pasar la noche ahí, pero esta vez no durmieron.

-Ya está amaneciendo -dijo Marinette-. Ya es la hora

-¿A que estamos esperando?

Ambos irrumpieron en el despacho y segundos después fueron inmovilizados por detrás.

-Cuatro días para encontrar mi despacho y pensabais que no iba a darme cuenta -la silla que había detrás del escritorio giró dejando ver al mismísimo alcalde de París, André Bourgouis-. Y también hemos encontrado a vuestro cómplice -André cogió un mando y encendió una televisión que había a su lado, mostrando en ella un chico de cabello morado encadenado y con múltiples heridas-. No os preocupéis, él está bien

-¿Dónde están nuestras madres? -el rubio que hasta el momento había guardado silencio como su compañera, por fin habló.

-¿Ellas? Porque no lo miráis por vosotros mismos -André se levantó y le hizo una señal a los miembros de su organización que tenían a los jóvenes, que le siguiese.

Llegaron a una habitación.
Todo estaba oscuro.
André le dio a un interruptor y las luces alumbraron la estancia.
Los adolescentes vieron a sus madres con varios moratones, heridas y sus atuendos manchados de sangre.

-¡Mamá! -gritaron los dos a la vez.

Las mujeres estaban muy débiles, pero aún así levantaron sus cabezas al reconocer las voces.

-Suéltalas -dijo Marinette con odio.

Lo único que recibió la chica fue una risa exagerada.

-¿Y qué obtengo a cambio?

-A nosotros

-Yo no os quiero a vosotros, quiero vuestro poder

-¿Qué poder?

-No te hagas el tonto, sabéis muy bien de lo que habló

-Adrien, ¿crees que es el momento?

-No. Esperemos un poco más

-Juntad vuestras manos

-No

Miró a sus hombres.
Ellos simplemente el quitaron el auricular que llevaban en la oreja, la bolsa que portaba cada uno y las pistolas que llevaban en el tobillo.
Les tiraron al suelo y les pusieron esposas.

Aprendiendo a Trabajar Juntos. (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora