Capítulo 6: ¿Dónde estoy?

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— ¡Doctor, venga rápido! ¡Ayúdeme con esta chica! — Gritó la enfermera al ver la urgencia de la situación!

— ¡ Dios mio! ¿Qué ha pasado? — Respondió el doctor preocupado al ver la gravedad de la muchacha.

— No lo sé, yo solo la he visto entrar aquí de repente. Estaba caminando desorientada y sangrando entonces se ha desplomado.— Respondió la enfermera.

— ¡Rápido hay que llevarla al box de rehanimación de quirófano! Allí la examinaremos y veremos que tenemos que hacer. Hay que detener la hemorragia y estabilizar sus constantes vitales. Ayúdeme a ponerla en una camilla, para subirla a quirófano.—Instó el Doctor a su ayudante.

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Un murmullo de voces lejanas llegaron a mis oídos. Sentía los ojos muy pesados, mi cuerpo apenas respondía al intento de moverme. Sentía una presión en mi costado izquierdo. Mi brazo finalmente respondió a las ordenes que le llegaban de mi cerebro, y poco a poco fui deslizando mi mano bajo las sabanas, hasta llegar al centro de mi presión en el costado. Una venda compresiva rodeaba mi cuerpo más arriba de la cintura. 

Intenté incorporarme, pero fue en vano, no tenía energías. La voz no salía de mi garganta, así que dejé vencerme por el sueño nuevamente.

Otra vez desperté. Esta vez tenía algo más de fuerzas y me sentía más despejada. Logré abrir los ojos y vi un techo blanco frente a mi. Pude voltear la cabeza, y vi que estaba en una habitación. De mi brazo, tras una venda, salía un tubito de goma que conducía a una botella con un liquido transparente, colgada en un palo metálico. No había visto nunca una cosa semejante.  Mi voz salió con más fuerza por mi garganta.

— ¡Ayuda, por favor!— Conseguí decir audíblemente.

Pronto acudió a mi una señora, vestida con una bata blanca.

— Hola cariño, ya despertaste. — Dijo la señora dulcemente.

— ¿Dónde estoy?— Le pregunte desorientada.

— Estas recuperándote en un hospital de la ciudad de New York. ¿Recuerdas que ocurrió? — Preguntó ella.

— ¿New York? ¿Dónde está eso?— Respondí, ignorando su pregunta.

— Eso no importa ahora, lo importante es que me cuentes todo lo que recuerdes de lo que sucedió, así cómo también cómo podemos contactar con tu familia.— Insistió la enfermera.

—¡Zaira! ¿ Dónde está mi madre? ¿Y Darel, Alex y Keira? ¿Cómo están, saben algo de ellos?—Respondí alterada.

—Calma, calma, cariño, poco a poco iremos encontrándolos a todos.— Trató de tranquilizarme la enfermera mientras me ponía una mano sobre mi frente.

— Quiero respuestas— Dije enojada a la señora.

—Nosotros también, pero debes de tener paciencia, y recuperar las fuerzas, estabas casi a punto de morir cuando llegaste aquí. No fue fácil, pero nuestros doctores hicieron todo lo posible para salvarte. Tenias una bala extraña incrustada en tu costado. No pudo la policía que estuvo aquí identificar con que clase de arma te dispararon. Todo tu caso es un completo misterio.— Me explico con voz calmada la señora de la bata blanca.

 Una pregunta pasó por mi mente, pero temía la respuesta... 

—¿Esto es Aurin? ¿Donde estoy?—Pregunte, con la voz algo temblorosa...

—Estas en un hospital de New York, ya te lo dije antes. ¿ No sabes donde esta New York ? Estás en America. ¿De dónde eres, tú, ? ¿Eres inmigrante, de otro país?— Inquirió de mi la cuidadora.

— New York, America...¿ Están en Aurin?— Seguí indagando, cada vez más nerviosa.

—¿Aurin?, ¿Qué es Aurin? —Me preguntó desconcertada la mujer.

—¡Aurin es mi planeta, donde vivo yo! El último año, lo pasé en la ciudad de Dreams, aunque no soy originaria de ese lugar, sino que me crié en las instalaciones subterráneas, de la isla de Lorma.— Respondí, cómo si ella fuera a entenderlo todo de una vez.

—Vale, vale. No te alteres, ya hablaremos de eso en otra ocasión. Ahora quiero que me cuentes, ¿Sabes quien te disparó y por qué?—Preguntó ella, ignorando todas mis explicaciones.

—Fue un enemigo de Los Protectores de Aurin. Ellos venían de Lorma, y nos atacaron en represalia por haber desbaratado su plan de convertir a la gente de la Tierra para que fuera sumisa bajo su control.—Le contesté esperando que ella pudiera entender algo de lo que le estaba diciendo.

—Bueno, la Tierra,¡por fin tenemos algo en común! ¿De que parte de la Tierra eres entonces?— Me preguntó la mujer, volviendo a ignorar toda mi explicación de los hechos ocurridos.

— ¡Soy de Aurin, no de la Tierra! ¿Quién es usted? Y ¿Qué quieren de mi?— Pregunté, cada vez más enojada y desconcertada al mismo tiempo.

— Yo trabajo aquí, en este hospital, soy la enfermera que está a tu cargo, y procuramos que te recuperes pronto.— Dijo ella en respuesta.

—¿Enfermera?, o sea una cuidadora de enfermos...—Le contesté tratándome de calmarme y volver a intentar las cosas desde el principio.

—Sí, eso es, las enfermeras cuidamos de los enfermos —Respondió la enfermera, dando un suspiro al ver que era muy difícil sacar alguna información clara de la chica, y preguntándose al mismo tiempo si acaso la joven padecía algún trastorno psicológico.

— ¿ Estoy en la Tierra, en el planeta Tierra...? — Pregunté, armándome de valor, para afrontar la posible respuesta.

—Sí, en la Tierra, en America, en la ciudad de New York.—Me dijo lentamente, cómo si yo fuera tonta o algo así.

— ¿Qué año es?—Volví a preguntar.

—1.977, ¿No sabes el año qué es?— Me contestó, sin parpadear, asombrada la enfermera.

Me quedé horrorizada, no solo había aparecido en la Tierra inexplicablemente, sino unos 70 años atrás. Pues por lo que me habían explicado de la Tierra Darel y Kiara, los terráqueos estaban en el año 2047, cuando ocurrió la destrucción del satélite, y de eso había pasado un año, o sea que era 2048. Pero ahora me decía la enfermera que estaban en 1.977.

Una terrible sospecha pasó en mi mente, sólo eso tenía explicación.

Quizás al estar malherida, a punto de morir, y al estar en llamas el edificio de los protectores, me trasladaron con su maquina a través del interuniverso a un hospital de la Tierra para salvarme, era la única posibilidad que tenían en vista de la urgencia. Pero por alguna razón desconocida, me enviaron a la Tierra en un año equivocado. Si se podía viajar a otro universo paralelo. ¿ No sería posible haber viajado en el tiempo también, y que por algún error imprevisible, me mandaran a un año equivocado?...






Los Conectores 2: La ResistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora