Capitulo 19: Reencuentros

19 4 2
                                    

Narra Dharanna.
Esa mañana desperté extraña, mucha imágenes mentales surgieron en mi mente, mientras dormía.
Ahora que ya estaba totalmente consciente, tenía muchas dudas, un montón de recuerdos que habían estado reprimidos u olvidados, y que ahora afloraban con fuerza.
Ese edificio esférico de la ciudad de Dreams, las pruebas, mis compañeros, mis entrenadores. Recordaba con claridad muchos nombres olvidados hasta ahora, Gia, Abigail, Peter, Evel, el presidente Darel, la doctora Keira,  los entrenadores Ted y Mira
Recuerdo las pruebas. Los entrenamientos. La clasificación, las evaluaciones.
Algo me llamaba a regresar a ese edificio, tenía que volver sin falta, y lo más pronto posible.

Narra Gia.
6.45h. Suena el despertador holográfico, y una voz suave y tranquila me recuerda que he de levantarme y prepararme para ir a trabajar.
Pero no, no voy a ir, y hay una razón poderosa. Esta noche volví a ver a Rash en mi mente entre mis recuerdos. ¿Cómo pude haberlo olvidado? ¿Porqué no recordé nada, hasta esta noche?
He de ir a Dreams, regresar al edificio de los protectores. Quizás se encuentre el allí...

Narra Malviss.
Me veía otra vez inmersa en esas pruebas físicas agotadoras, que me dejaban exhausta, sin fuerzas. ¿Por qué  no recordé nada hasta esta noche?
En cambio si que sabía que las pruebas que tenían que ver con  desafíos mentales y de cálculos, se me habían dado geniales. Casi siempre estaba en los primeros puestos en las evaluaciones en que imperaba la lógica, el pensamiento racional, la toma de decisiones. Tenía un impulso casi irracional, una necesidad de volver a aquel lugar, tenía que volver a Dreams. Algo me llamaba a regresar alli.

—————————————————————

— Si todo ha funcionado como esperamos, mañana tendremos frente a nuestro nuevo y recuperado edificio, a un grupo selecto de jóvenes. — Dijo con orgullo Darel a Brand.
— Me hubiese gustado mucho vivir esa época con vosotros, y haber colaborado de algún modo en su formación. Quizá hubiese podido ser maestro de vuelo, formador en pilotaje y enseñar a los jóvenes a manejar esas naves veloces.— Respondió Brand.
— Me parece excelente idea. Vamos a completar el entrenamiento de los chicos, y el saber manejar con destreza las naves será una parte importante de su formación.
Tenemos que tener un grupo bien formado, inteligente, veloz, preparado para la batalla, pues me temo que esta vez no va a ser un despliegue pirotécnico, de camuflaje o de engaño, como cuando destruimos el satélite. Esta vez la batalla va a ser real.— Añadió Darel.

———————————————————————
Narra John Parker

Tenía nuevamente ante mi ese edificio reluciente, impresionante. El edificio de Los Protectores de Aurin. Pero algo había cambiado, era como un nuevo edificio, reformado, similar al que había pasado varios días en su interior, pero no exactamente igual, y me preguntaba el porqué.
Allí a mi alrededor empezaron a aparecer caras conocidas. No estábamos todos, solo unos 20. Dharanna, Malviss, Niel entre otros. No había tenido la misma relación con todos ellos, pero no éramos desconocidos entre nosotros. En sus rostros noté la extrañeza. No como la primera vez, cuando estuvimos ante ese edificio. Ahora sabíamos lo que había en su interior y que se hacía allí.
Pero una pregunta surgía en mi mente, seguro que al igual que se la planteaban los demás. Sí fuimos rechazados, si los Conectores ya habían sido escogidos, ¿Porqué nos volvían a llamar? Todos habíamos sentido la misma necesidad de regresar a este lugar. Pero ninguno de nosotros se atrevió a decir ninguna palabra, solo nos sonreímos e hicimos un gesto con nuestras cabezas a modo de saludo. Estábamos ensimismados en nuestros propios pensamientos.

De pronto se volvieron a abrir las puertas y como la vez anterior, unos hombres vestidos impecablemente de etiqueta nos invitaron a pasar. Así, que el grupo de chicos y chicas empezamos a entrar en silencio dentro de aquel imponente edificio.
—————————————————————————

Turquía

El ejército estaba haciendo una batida muchos kilómetros alrededor del poblado arrasado. Los mutantes, parecían haberse esfumado. Sea donde fuera que se escondieran, tenían que encontrarlos. No podían estar muy lejos.

— Papá, mamá, fue espantoso, todo lo sucedido en la vieja fábrica. ¡Ese monstruo, pensé que iba a matarme, pero se quedó quieto mirándome, sin hacerme daño! Cuando vino el guarda y le disparó, solo dio un grito de dolor, la bala es como si hubiera resbalado sobre él, pero entonces atacó al hombre. Menos mal que pude escapar. No puedo olvidar todo lo sucedido.— Explicaba una y otra vez la experiencia vivida el jovencito Marc a sus padres.

— Si hijo, y nosotros pensábamos que íbamos a morir  cuando arrasaron el poblado esas criaturas, menos mal que teníamos un buen escondite. Solo nos hemos podido salvar cuatro familias. Podemos dar gracias a Dios. — dijo el padre del pequeño, en respuesta.

—Tengo miedo a que vuelvan a por nosotros.— Le dijo Marc, preocupado a sus padres.

— Está el ejército, vigilandonos. Podemos sentirnos tranquilos— Intentó calmar su madre los temores del niño.

La siguiente noche todo parecía estar en calma, en silencio, en quietud. Solo habían encendidas las luces de cuatro casas en el pueblo.
Los soldados con sus ametralladoras en mano, hacían vigilia apoyados en sus vehículos blindados. Conversaban animadamente entre sí. Gradualmente a medida que pasaban las horas los pocos vecinos del pueblo fueron apagando las luces tratando de dormir. El calor bochornoso de esa noche, no ayudaba mucho a los sudorosos soldados a mantener su estado de vigilia.
Pero de pronto todo cambió, salto la alarma, un mensaje se escuchaba en todas las emisoras de ellos.
— Necesitamos refuerzos en la localidad de Göreme a 60 kilómetros en dirección noroeste. — Se oyó un mensaje que denotaba urgencia.
  En aquel lugar se había desatado un ataque violento de  seres horripilantes. Por eso  la mayoría de los vehículos partieron a gran velocidad hacia allá, para dar apoyo a los militares que estaban repartidos vigilando las poblaciones cercanas. Solo quedó un pequeño grupo de unos pocos soldados en el pueblo donde vivía la familia del joven Marc.
Eran cerca de las 3 de la madrugada, cuando aparecieron por sorpresa un pequeño grupo de mutantes agresivos que se habían quedado en la zona en busca de más presas humanas. Por lo visto las horribles criaturas se habían dividido para atacar diferentes poblaciones, pero unos pocos permanecieron en el lugar.
   Sonidos de cristales rotos y golpes despertaron a Marc y a sus padres.
Asustado gritó el niño en busca de ayuda, pero ya era tarde, un ser de ojos fieros y gruñidos espantosos, había entrado en la casa y estaba a pocos pasos del chiquillo, después de haber derribado  la puerta de la habitación de éste.
  Esta vez, tembloroso y con mirada inmóvil hacia ese ser estaba convencido de que no sería posible escapar una segunda vez
De pronto se oyó otro fuerte gruñido, una segunda criatura estaba detrás de la primera. Con una de sus extremidades logró derribar, haciendo caer hacia atrás al engendro que estaba a punto de atacar al niño.
Marc contemplaba esa pelea entre esos dos seres, paralizado, sin que le respondiera ninguno de sus músculos, sin poder ni siquiera salir de su garganta un grito, ni una palabra. El pánico lo dominaba.
   La pelea era atroz entre los dos seres. Era una pelea a vida o muerte. Ambos estaban empleando todas sus fuerzas, utilizando las extremidades, que terminaban en  poderosas garras, para vencer a su contrincante. Entre una serie de golpes y fuertes arañazos se escuchó un fuerte crujido, era el resultado del brusco movimiento que rompía el cuello de la criatura que pretendía acabar con la vida de Marc.
   Ahora el ser que había matado a su compañero, miraba a Marc jadeando, exhausto por la lucha, pero en sus ojos se reflejaba una mirada compasiva hacia el niño.
Entonces el niño se fijo más en el mutante.  ¡Era el mismo que había estado en la fábrica abandonada! Las marcas de forma circular de un tono marrón verdoso en el rostro del engendro,  y la forma que tenía de mirar a Marc hicieron reconocer al niño a ese ser.
Estaba claro que no iba a atacarlo. Sino que iba caminando hacia atrás, retirándose progresivamente del lugar.
  De repente aparecieron 2 soldados junto con los padres del jovencito.
Apuntaban con sus ametralladoras directamente a la cabeza de ese ser.

— ¡No, no lo maten!— logró articular la frase Marc, pues había recuperado el habla una vez pasado el susto.
— El me salvó a mi, mató a la otra criatura que iba a matarme, me defendió.— Añadió el niño.
Dando un par de zancadas, el soldado logró agarrar al niño, cogiéndolo en brazos, y retirándolo del lugar.
— No lo matéis, por favor, no lo matéis, el no es malo. — Seguía gritando Marc, mientras lo retiraban del lugar sin poder hacer él nada para evitarlo, pues el soldado que lo tenía bien sujeto era mucho más fuerte que el. La criatura por otra parte se acurrucó en un rincón de la habitación, en posición fetal, demostrando sumisión.

Los Conectores 2: La ResistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora