Capitulo VIII

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Diciembre 25, 2017.

Me siento como si un agujero negro me consumiera, como si no existiría.

Estoy apoyada en una pared, no se cual, solo sé que no puedo seguir... no aguantaré.

De repente escucho un sonido, un sonido acercarse, sé que es el motor de un auto, se escucha lejano, pero parece como si se acercara, me pongo en pie y voy a la puerta... el ruido se detiene, ya solo se escucha ruidos del bosque y mi respiración agitada. El miedo me invade, pero también la esperanza... mi corazón bombea al grado de escucharlo... espera. No, no es mi corazón, es otra cosa, entro en pánico, lo que escucho no es mi corazón.

¡Son pasos!

.
Enero 3, 2017.

Levanto mi botella vacía, el chico rojo me mira con lastima, odio que me miren así... pero no tiene otra y me la trae. Nunca me niegan una bebida, jamás. Siempre me pregunto por qué. Creo que es por el dueño del bar. Andrew Roe.

Andrew.

Estoy sola tomando el día de mi cumpleaños y la muerte de mi padre... no podría ir a dormir sin algo que adormezca mis sentimientos. Jamás había tomado tanto como hoy. Solo sé que lo necesito.

Paso mi dedo por el cristal de la botella, con el contacto se siente que es dura, fuerte. Pero es tan fácil de romper.

― Chesna-se de quien es esa voz-sabía que estarías aquí.

No necesito girar mi rostro como para saber que a mi lado esta Carisa, lo sé.

― ¿podrías hablarme?

La vi por el rabillo del ojo. - ¿Necesitas algo? -le pregunte

― Si, que me digas porque estás así.

Me encogí de hombros.-Cosas que pasan, solo es eso.

La escuche suspirar-¿sabes que somos amigas, verdad?

La mire, ella me miro detenidamente, luego asentí, dudosa pero lo hice.

Carisa relajo sus hombros-bien, entonces confía en mí. Cuéntame que te pasa.

― ¿eso quieres?-me restregué las manos en el rostro, en realidad sentía la necesidad de hablar con alguien, lo necesitaba, quería que alguien me dijera que no estaba mal sentirme miserable, que es normal querer recordarlos más de lo que según las demás debería, que me dijera que no estoy sola, que me dijera que cuando alguien que amas muere no es terminar tu vida, si no ponerle pausa a la que llevas y poner otra en tu camino, nada puede ser como antes. -Mi padre murió un tres de enero.

Sentí como mi respiración aumentaba, era la primera vez que decía eso, jamás lo había dicho, creí que eso lo haría real.

― Lo siento, Chess.- susurró Carisa. Asentí.

La voltee a verla, su mirada estaba en todo mi rostro, me miraba con lastima, su mirada estaba llena de pena. Por esa razón es que no me gusta andar divulgando mis cosas, la gente te ve como una oveja desamparada en medio de un bosque repleto de zorros hambrientos.

― Me voy a casa-dije empezando a ponerme de pie, me maree al hacerlo.

― No-me tomo del brazo deteniéndome-Celebraremos tu cumpleaños-me sonrió

Sentí como mi sangre se calentó, sentí como mi tristeza era consumida por la ira.

― ¿no me escuchaste?-la fulmine con la mirada-no puedo celebrar su muerte...

― Chess-me solté de su agarre.

― Vete al diablo.

― Oye, no le hables así- dijo un chico que estaba atrás de ella, era un chico con rasgos atractivos, alto, tés pálido, cabello negro, pómulos altos, de contextura delgada. No había reparado en su presencia.

― Chess, espera, lo siento ¿sí?-dijo Carisa

No le hice caso y me gire hacia la salida lo más rápido posible, mi corazón bombeaba velozmente.

No debí confiar en ella

Soledad es lo único que me rodeara.

Irse no fue una opción para ellos, pero si para .

― Chesna-escuche a mis espaldas, lo ignore y seguí caminando-espera, solo quiero ayudarte...

Me detuve en seco, no me giré -No quiero tu ayuda. Solo déjame, solo quiero estar sola-mi voz se quebró, sentía como algo me apretaba la garganta.- lo necesito...

― Yo puedo ayudarte, sé que ambas saldremos de esto...

― Sola. Quiero estar sola. Yo te llamo.

Y me alejé, me alejé para fundirme en la profundidad de la soledad y el dolor.

Ayudar, una palabra que a todos les gusta pronunciar, pero pocos la emplean.

¿Es tan fácil decirla como hacerlo? No, no lo es. Las personas están continuamente diciendo que te ayudarán, pero hay algo que omiten, cuando uno quiere ayuda, la pide.

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-Viviendo en la realidad de las letras-

Encadenada Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora