Capítulo XX

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29 de Diciembre del 2017- 02:13

Cuando era pequeña solía pensar que las noches eran más largas que los días.

Cuando mi padre vivía con nosotros hacia lo posible para evitar que Bárbara nos despertara con sus llantos a mitad de la noche.

Cuando mi padre se mudó a California eran las noches más largas de mi vida. Gracias al cielo tenia a George. Él me dejaba entrar a su habitación y nos colocábamos los audífonos con la música más ruidosa, hasta dormirnos.

Pero hubo una noche en la que comprobé que todo tiene su fin. La recuerdo tanto que duele. Tenía doce años, fue una noche de invierno.

Escuchaba los pequeños sollozos de ella, las palabras balbuceadas, la frustración.

Me levante de la cama y abrí la puerta para dirigirme a la habitación de al lado. No toque, solo gire la manija y entre. Al entrar me encontré con George de espaldas a mí, viendo hacia la ventana con el celular en la oreja.

Se giró-¿no puedo hacer eso? Que te jodan.-dijo al teléfono.

Cerré la puerta, me quede allí-¿Pasa algo?-susurré.

Levanto el dedo silenciándome, se pasó la mano por el rostro con frustración-Tenemos apenas una semana de relación, ¿en serio ya te pondrás en ese plan? Madura ya.

Suspiré-¿Me prestas tu computadora?

Volvió a silenciarme, necesitaba algo con lo que distraerme de los sollozos y gritos de George. George lanzo su teléfono a la cama y le dio una patada a la mesa de escritorio provocando que todo lo que había en ella se cayera al suelo. Mis piernas flaquearon.

― Chesna, la próxima toca antes de entrar.

Me dijo Chesna, no me dijo enana.

― Vete a tu habitación.

Lo mire fijamente para ver si bromeaba, solo me estaba viendo con sus ojos tan cálidos ahora puro hielo. Asentí. Me giré y Salí de allí.

Desde esa noche aprendí que no puedes contar con las personas siempre. Esa noche no dormí, pero no por el llanto, fue por como George había sido conmigo.

Aquí también las noches son eternas. Aquí también las noches son como solían ser.

.

25 de Marzo del 2017- 18:33

Le doy la última mirada a la tumba de mi padre y George antes de dirigirme hacia la cabina. José me había dicho que Tim regresaba hoy a trabajar. Me detengo en la puerta, no hay nadie.

Escucho voces aproximarse, al girarme me encuentro a Tim y Rachel, la madre de Andrew.

Ella sonríe al verme-Chesna.

Camino hacia ellos-Hola

Tim asiente con la cabeza, Rachel me toma de los hombros-Chesna.

― ¿Cómo has estado, Rachel?-pregunto.

No sé por qué siento un nudo en la garganta, no sé por qué de repente me siento más triste de lo normal; quizás sea la tristeza con la que me ve Rachel.

Veo como sus ojos verdes se han apagado, como han aparecido algunas arrugas alrededor de sus labios, como las profundas ojeras se han intensificado.

― Ha pasado mucho tiempo en el que no te veía-dice con tono de reproche.

― La escuela me tiene muy ocupada.

― Le había dicho a Andrew que me llevara a tu casa, pero no lo ha hecho. Sabe perfectamente que con esta enfermedad no puedo ir a ningún lado.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2019 ⏰

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Encadenada Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora