Su primer beso se desarrolló sin que uno de los dos fuese totalmente consciente de lo acontecido. Curiosamente, fue Dazai el que careció del control absoluto en la situación, a pesar de que el suicida tuviese al despertar una ligera idea del móvil y del autor del crimen perpetrado en sus labios, ese que trastornó su sueño de forma tan placentera. Kunikida no logró despertarlo, por suerte para el idealista pues lo hubiera tenido muy difícil para dar explicaciones, pero sí turbó esa ensoñación en la que quizá el moreno se encontrase.
No era raro ver a Dazai haciendo el vago en la cafetería, en la oficina o en la salita de espera anexa a esta. Lo extraño era justo todo lo contrario, encontrárselo trabajando. Sin embargo, no solía estar dormido durante sus frecuentes descansos no incluidos en el contrato. Por ciertas charlas que habían mantenido, Doppo tenía la sospecha de que su compañero padecía ciertos problemas relacionados con el insomnio. ¿Lo atormentarían fantasmas del pasado? ¿O serían quizá del futuro? Quién sabe lo que rondaba por esa maquiavélica cabeza suya. En cualquier caso, al verlo tan calmado, durmiendo plácidamente como si nunca le hubiera hecho daño a nadie, Kunikida se compadeció de él. Tenían una misión, cierto, pero no era nada urgente. Según su ideal y su horario, podrían retrasarse hasta quince minutos antes de salir corriendo. Qué permisivo estaba su cuaderno últimamente.
Procurando minimizar los ruidos en la medida de lo posible, el idealista cerró la puerta de la sala tras él y se quedó contemplando a su compañero en absoluto silencio. Un murmullo pronunciado por sí mismo interrumpió la quietud.
-Ya podría ser así siempre... -Susurró en voz baja-. Está bastante más bonito.
¿En qué estaba pensando? ¿Acababa de decir que lo encontraba "bonito"? Y, acto seguido, había concluido que ese adjetivo se le quedaba corto para definirlo. Así es, señoras y señores, Kunikida Doppo se había enamorado de su camarada, ese que tantos dolores de cabeza le traía. Por eso no podía dejar de mirar sus labios entreabiertos. Los ojos se le iban automáticos a esa zona en concreto.
-Kunikida... -Murmuró Dazai en sueños.
El rubio se tensó al oírlo. Sobre todo porque se había agachado y acercado a él, quedando muy próximo a su boca. Sus piernas se habían movido sin que se diese cuenta, traicionándolo. ¡Malditas! Aunque, seamos sinceros, ¿qué daño podría hacerles un mísero beso? O mejor dicho, ¿por qué no dejaba de pensar en los pros y contras de lo que estaba haciendo si ya tenía los labios posados en la boca de Osamu?
ESTÁS LEYENDO
Kiss me, Kunikida-kun [BSD yaoi] [Kunikidazai fanfic]
FanfictionConjunto de drabbles inspirado en un reto que me encontré por Tumblr: el askfic kiss meme. Y que sí, que dice ask, pero no va a ser necesario que nadie pida nada, tranquilos. Ya me encargo yo de enseñaros todos esos besos que Kunikida y Dazai pueden...