Recibí una llamada mientras salía de darme una ducha, corrí hasta el movil a sabiendas que podía ser él, y efectivamente, era él.
—Hola— contesté tratando de escucharme calmado.
—Prepara palomitas que voy para allá con un montón de películas.
Sonreí.
—No me llamaste en todo el día, creí que lo habías olvidado.
—No fue eso, mi amor, claro que no, estuve todo el día de aquí para allá y hasta hace unos minutos salí del set.
—Entonces te veo aquí.
Colgamos y fui directo a la cocina a meter al microondas algunos paquetes de palomitas y luego vaciarlas en una bandeja.
Cuando Jinyoung llegó, lo primero que hizo fue besar mis labios.—Tardaste mucho.— me quejé.
—Sólo fueron 15 minutos.— sonrió.
—Fue mucho.
Nos sentamos a ver una película de acción. Jinyoung no dejaba de acariciarme la pierna mientras veía entretenido. Una cosa llevo a la otra y yo ya no dejé que él mirara el televisor, ahora lo mantenía entretenido con mis besos estando sentado a horcajadas arriba de él, jugaba con sus labios a mi antojo escuchando sus leves gruñidos cuando me separaba de él.
Mis manos viajaron al botón de su cinturón y quisieron desabrochar este, pero el mismo Jinyoung no me lo permitió.
—No, Mark— negó.
—¿No?
—No, a menos que vuelvas a casa, la casa es muy grande Mark, me siento solo allí, y no tanto porque no hay nadie, es porque no estás tú... y piénsalo, allí hay más lugares para poder hacer el amor— besó mis labios y por inercia cerré los ojos disfrutando de sus labios.
—No quiero volver.— le dije cuando nos separamos.
—¿Qué?— me miró con ojos bien abiertos. —Pensé que nosotros...
—Sí, pero no quiero volver allí, esa casa me trajo más malos momentos que buenos... vendamos esa casa y no sé, nos mudamos a un apartamento pequeño, acogedor, sólo para nosotros dos.
—Lo que pidas, mañana mismo la pongo en venta.
—Hey, hey, alto, no...— me reí. —primero hay que conseguir un apartamento.
—Me gusta este, hay que quedarnos aquí.— lo pensé. Después de todo ya estaba acostumbrado a este lugar, así que asentí.
—Me gusta, mañana traes tus cosas.— besé fugazmente sus labios.
Jinyoung desabrochó el botón de mi pantalón. Le sonreí. Nos pusimos de pie y ambos nos bajamos los pantalones, empujé el cuerpo de Jinyoung hacia el sofá sentamdome de nuevo encima de él.
Me encargué de marcar todo su cuello y pecho, besaba y lamia sin cansancio. Su miembro ya muy erecto chocaba con mi abdomen.
Sentía corrientes eléctricas recorrer mi cuerpo, sobre todo la boca del estómago.Jinyoung llevó tres dedos a mi boca los cuales lami hasta dejarlos bien mojados. Me introdujo uno, dos, los tres mientras soltaba gemidos.
—Jin...— suspiré. —ne-necesito más...— susurré en su oído, intentando que lo más cálido de mi aliento penetrara este.
No tardo mucho para levantarme y luego volver a dejarme caer sobre su miembro provocando que este entrara completo. Cerré los ojos con fuerza intentando concentrarme en cualquier otra cosa menos en el dolor que me provocó ese movimiento brusco.
Comenzó a mover su cadera penetrando rápido, algo que me hizo soltar un chillido de dolor.—¿Mark?— susurró. Me había recostado en su pecho apretando en puños mi camiseta que aún llevaba puesta. —¿estás bien?— negué. —mírame.
—Lo siento, Jinyoung...— lo miré. —¿puedes ir más lento?
Él asintió yendo despacio, eliminando el dolor que había sentido y convirtiéndolo en placer. Al poco rato la sala se había llenodo con riudos de autos y disparon por la película, pero también por nuestros gemidos y jadeos.
Jinyoung juntó nuestros labios, no para besarnos, sólo los pegó a los míos para ahogar sus gemidos en mi boca al igual que yo en la suya.
Eché mi cabeza hacia atrás sintiendo casi mi orgasmo llegar, intenté detenerme para llegar junto a Jinyoung. Tomé su miembro con una mano y lo masturbé.
Dejó caer su cabeza hacia atrás, en el sofá, apretanto mi cadera con sus manos mientras yo comenzaba a moverme más rápido sobre de él.(...)
—¡Youngjae!— le llamé por teléfono. Puse este en altavoz y Jinyoung también lo saludo.
—¿Te cogieron, Mark?— me reí incomodo, sabía que estaba completamente rojo de la cara. Jinyoung se burló.
—¿Por qué la pregunta?
—Estás muy feliz. Dime Jinyoung, ¿gritó?
—Sí.— contestó risueño Jinyoung.
—Ya, cállense y dejen de hablar como si no estuviera.
—No te enones, cariño— Jinyoung besó mi mejilla y le sonreí. Nos manteniamos acostados en la cama mientras hablábamos con Youngjae.
—¿Y JB?— pregunté.
—No eres el único que tiene buen sexo, Mark, JB se está dando una ducha felizmente.— lo escuché reír.
—Yo no tenía que saber eso...
—Ni yo.— continuó Jinyoung.
—¿Entre nuestros activos quién sería la pasiva?
—No lo sé, de pensarlo me dan celos.
Giré los ojos mientras escuchaba la carcajada de Youngjae por el móvil. Jinyoung besó mi sien y me sonrió.
—Pues yo creo sería JB.
—Estás mal.— habló Jinyoung, le di un golpe en el hombro y lo miré mal.
—Tú ni te lo imagines.— le advertí. —¿y entre nosotros Youngjae?
Ahora Jinyoung me miró mal.
—No lo sé, se ve que tú prometes buen sexo, Mark.
—Ni lo dudes, pregúntale a Jinyoung.
—eh, ya basta de su conversación caliente. Nosotros sólo llamamos para decirles que hemos decidido mudarnos juntos de nuevo.
—¡Ohhh! Me alegra tanto que se esten dando una 38a oportunidad.
Me reí.
—Ni han sido tantas. Muchas gracias, Youngjae.
—¿De qué?
—Los queremos chicos,— habló Jinyoung. —Dile a JB que no te rompa el culo como...— colgué, sabía lo que iba a decir sin pensar y no quería incomodar o hacer sentir mal a Youngjae. —¿qué pasó?
—Como a ti, ¿verdad, estúpido?— tomé una almohada de la cama y le di un golpe.
—Ah— se quejó. Siempre tan exagerado. —eso pasó hace muchísimo tiempo, Mark.
—Pero bien que lo recuerdas.
Me tomó con fuerza y me recostó debajo de él, comenzó a besarme los labios, para luego bajar por mi cuello.
En realidad no estaba enojado y mucho menos iba a estarlo si hacia esto.
Platicamos sobre nuestro trabajo, sobre nosotros, y sobre todo, de como queríamos que fuera nuetra vida de hoy en adelante.
Nos quedamos dormidos abrazados uno del otro al pasar las horas.* * *
Holaaaa :)