Esa noche había sido difícil, me encontraba en la sala, sosteniendo una bolsa de hielos envuelta en un pedazo de tela junto a mí pómulo. Con mi otra mano marcaba y dejaba mensajes de voz a Mark quien no contestaba ninguno, mucho menos las llamadas.
¿Cómo iba a explicarle que yo lo amaba? todo lo que hice fue porque estaba enojado, era una estupidez querer pagar con la misma moneda. Ya ni siquiera estaba seguro de si él me engañó alguna vez, si lo hizo, claro que se lo perdonaría, si no lo hizo, rogaría por su perdón toda la vida si fuese necesario. Me había roto, había roto a ese Jinyoung frío que me había creado.
Dejé la bolsa con hielo en la mesilla de la sala para acostarme y abrazarme las piernas mientras lloraba en silencio. Ni cuatro meses nos había durado nuestro matrimonio feliz, todo por culpa de Wooshin, de Megan y principalmente, por culpa mía, porque yo dije y prometí mil veces que no importa qué pase siempre iba a estar junto a Mark, algo que hace mucho tiempo no había hecho. Lo había dejado solo, y lo notaba, sabía que él estaba solo, las preguntas de los chicos por él me dejaban claro que Mark se estaba aislando, su poco apetito, sus ojeras, todo él comenzaba a ir mal y yo en vez de ayudarlo lo dejé hundirse más. Cada vez más.
No estaba listo para dejarlo ir, no quería, mi corazón no me lo permitía. Y todo aquello que dijo, fueron como mil cuchillas atravesandome, aunque seguro estoy, que el dolor que siento en estos momentos no se compara al dolor físico.
Los días habían pasado, yo me alejé de Megan, aquella que se burló de mí preguntando si realmente había creído más en ella que a la persona que yo decía amar y eso me hacía sentirme más imbécil.
Había visto varias veces a Mark en el set, no precisamente para verme a mí, si no que, lo veía acompañando a Wooshin en la hora de su comida.
Mark se había repuesto, ya no se le veía tan delgado, ni con ojeras, se veía más guapo. Cuando pasaba a su lado siempre hacía como que no me conocía y seguía de largo, por más que yo le hablara.Ahora el que estaba flaqueando era yo, él se estaba haciendo fuerte y yo débil, sólo esperaba que esa fortaleza que estaba llevando no manchara su alma. Mark era un chico puro.
Mark se había unido al staff de fotografía, fotógrafo personal de Wooshin, aunque a veces, cuando los productores se lo pedían, hacía tomas de todos. A veces traía consigo a Youngjae para que lo ayudase con el trabajo, cuando Youngjae me veía sólo me soltaba una pequeña sonrisa.
-Mark- le llamé, este me miró y luego me ignoró. -Mark, te extraño. - le seguí.
-Yo también me extrañaría- me dijo.
-Por favor, Mark, perdóname, sé que cometí una tontería, que no merezco tu perdón, pero tú eres un chico que sabe dar oportunidades...
-No intentes aprovecharte de la persona que sabes que soy.
-No lo intento, pero de verdad que estoy arrepentido.
-¿Megan te dejó? Sí, lo hizo, eso explica porque anda de... Cariñosa detrás de mí.
-¿Qué?- que Megan estaba haciendo ¿Qué?
-Sólo pídele a tu amante que se aleje de mí. Por favor.
Y sin más, se alejó y a lo lejos vi como se encontraba con Wooshin quien me miró con recelo.
Mark le sonrió y pasó su brazo por sus hombros.La tarde se me pasaba cada vez más lenta viendo como Mark buscaba las mejores tomas exclusivamente para Wooshin, pero mis celos aumentaron más cuando vi como Wooshin besaba la frente de Mark y él sólo sonreía tan abierta y hermosamente gracias a su acto.
Odiaba que esa sonrisa había dejado de pertenecerme, que el brillo que había en sus ojos ya no lo encendía yo y que esa felicidad no fuera yo quien la causaba.