—¿Dónde estás?— me preguntaba Youngjae desde su móvil.
—Estoy listo, voy en camino.
—Rápido, Jinyoung, todos están ya aquí.
Corrí por el pasillo y cuando estuve a punto de tomar la perilla de la puerta, las llaves, me regrese corriendo a la sala y tomé las llaves del auto. Me colgué la cámara en el cuello y salí corriendo por las escaleres del edificio ya que los elevadores estaban en reparación.
Estacioné el auto en la calle trasera del establecimiento y caminé con rapidez hasta llegar a la entrada donde ya había muchas personas, más que nada amigos y compañeros.
—Youngjae...— le llamé cansado. JB me palmeó la espalda y respiré profundo.
—Al fin llegas, creí que iniciaría esto sin ti.
—Claro que no podía faltar a la inauguración de “the moonlight”— me sonrió.
The moonlight era nuestro nuevo estudio, al fallecer Mark el 50% de su trabajo y estudios pasaron a ser míos, así que ahora era yo el nuevo socio de Youngjae. Tome un curso de dos años y medio para fotografía en el mismo lugar donde Mark lo había hecho.
Pasé de actor a ser el fotógrafo sucesor de Mark.
Claro que de vez en cuando tomaba algun papel como secundario ya sea en alguna serie o película, mi pasión por la actuación no se fue, pero si disminuyó, entendí por qué Mark amaba tanto la fotografía. Era algo hermoso el poder obtener imágenes de la vida en tus manos, poder, aún sin estar en el mismo lugar, sentir como si aún estuviera allí.
Una imágen puede representar sentimientos.—¿Dónde estuviste?— preguntó JB.
—Desperté temprano, y era una mañana nublada, saben que mis mejores fotos salen cuando el día esta gris... fui al mar y tomé unas cuantas fotos... se me fue la mañana en ello.
—¿Puedo verlas?— preguntó Youngjae.
—Claro— le sonreí prestándole la cámara de Mark.
Esta era la cámara únicamente de Mark, nadie más que él la tocaba, o bueno, eso era antes. Quise conservarla.
—Vaya, el alumno superó al maestro...
—No digas eso, no puedo ser mejor que él.
—Jinyoung, mira tus fotos, son increíbles y Mark... él seguro está feliz por todo lo que has avanzado y logrado... Eres mucho mejor que yo, imbécil.
Me reí.
—Eso no te lo voy a negar.
Youngjae me dio un golpe en el hombro y juntos inauguramos el nuevo estudio con el nombre que me dejó decidir solo y el cual le gusto; The moonlight. Aunque, la canción moonlight, jamás volvió a ser cantada, ni escuchada por nadie más.
La canción murió junto con Mark.
Muchos pensaron, incluso yo lo creí, que sería mi fin. Todos creíamos que iba a morir en esa cama, abrazado a la ropa de Mark, pero por alguna razón, algo me dió fuerzas... en realidad, alguien. Miré al cielo y agradecí en voz baja. Sabía muy bien que Mark no me había dejado morir.
Al final también comprendí que lo que había pasado, no era culpa de nadie, y que lo mejor, era dejarlo descansar.
Sonreí suspirando, viendo el nuevo estudio.
Esto no era mi fin, era un nuevo comienzo.