Armonía De Amor

Te amo.

Capítulo 32
"Norah"

Cuando mis padres llegaron a Nueva York yo ya tenía preparado su propio apartamento para que vivieran cerca del hospital en donde se atenderá mi padre, había conseguido que los mejores doctores pudieran atenderle y mi madre ya había conseguido una oficina para seguir trabajando junto a papá, yo me había encargado de los papeles para el traslado de mi hermana.

Charlotte por otro lado si no estaba en la universidad, estaba con trabajando con Candace y cuando estábamos en paz en casa, siempre nos interrumpía algo o alguien. Apenas habíamos tenido tiempo para estar juntas y me empezaba a desesperar, era como si la gente quisiera interrumpirnos. Sobretodo Candace, había encontrado la forma de joderme de una forma impresionable. Incluso me había llegado a replantear cómo había estado con ella y es que viendo lo que intentaba hacer, lo había entendido, ella en serio estaba interesada en Charlotte. Para mi suerte, sabía que Charlie por lo menos ahora no siente nada por Candace.

Había aprovechado mis ahora momentos libres para empezar a escribir las canciones de mi siguiente álbum. Yo no sólo escribía la letra, me encargaba de crear incluso toda la música y aquello me robaba mucho tiempo de mi día, al menos Christelle había ido a ver a sus padres a Australia, pero Elliot era quien se pasaba en mi estudio para pedirme ayuda con sus nuevas canciones.

- Me han llamado tus padres. - Miré sorprendida a Charlotte quien limpiaba su violín. - Me preguntaban cuándo sería la cena.

- Ups.

- Pensé que ya le habías dicho que aquello no pasaría. - Charlotte frunció el ceño antes de mirarme.

- Sé lo que dije, lo lamento supongo que aún no encuentro la oportunidad y quizás, aún tengo esperanza de que tus padres vuelvan a hablarte. Si los míos lo hicieron, no pierdo la fe con los tuyos.

- Eso no creo que sea probable en un futuro cercano, pero si en serio lo quieres vamos a mi casa a hacerle la invitación, nos recibirán muy bien.

- Okay.

- ¿Qué? - Ella me miró confundida. - Norah, sólo bromeaba. Ellos apenas pueden verte, te desprecian y supongo que ahora mucho más. - Hice una mueca.

- Aún así creo que quizás sería bueno hablar con ellos, - Le miré a los ojos. - ellos siguen siendo tus padres y quizás sería bueno que sepan que estás bien y que el hecho de que salgas conmigo no ha cambiado nada en ti, aparte de la parte en que ahora estás en el ojo del huracán.

- No creo que pueda hacer eso sola. - Murmuró mirando su violín.

- No tienes que hacerlo sola, - Tomé su mano. - me tienes a mí. Sé que puedo provocar que ellos se molesten más, pero no te dejaré sola. Tú has estado en mis momentos difíciles, yo también quiero estar para ti. - Ella me dio una sonrisa. - Estamos juntas, eso significa más que sólo besarnos y esas cosas.

- Eres tan tierna cuando quieres serlo. - Ella se inclinó para darme un pequeño beso. - Déjame pensarlo unos días antes de que le cuentes a tus padres que se hubieran llegado muy bien hace unos meses atrás. - Sonreí levemente.

- Creo que ellos no tienen que saber nada que tú no quieras contarles, así que no te preocupes. Sea cual sea tu decisión, no diré nada al respecto.

- He estado pensando. - Ella dejó su violín a un lado. - Me gustaría explorar otros instrumentos...

- Eso es genial.

- Incluso mi voz. - Le miré confundida.

- ¿Cantas? - Ella asintió. - Quiero escucharte. - Ella negó rápidamente.

- Nop, es sólo una idea que pasó cuando ayudaba a Candace con una canción.

- ¿Has cantado para Candace?

- Era otra situación. - Yo sólo asentí. - No pongas esa cara.

- ¿Cuál cara?

- Esa que pones cuando estás celosa. - Ella besó mi mejilla. - Si he cantado para ella es porque es parte de mi trabajo, si te hace sentir mejor eres la única que dejo que me miré fijamente mientras ensayo, usualmente me gusta hacerlo sola o que no me miren.

- Ah, pero en el escenario. - Ella sólo rio. - Tienes un desplante escénico bastante bueno, quiero escucharte cantar. Quizás podrías ser mi competencia.

- Nadie es tu competencia. - Ella me besó y no pude evitar reír sobre sus labios.

- Sabemos que eso no es cierto, pero gracias por ser considerada.

- Sé que quizás no conozco mucho tu estilo de música si no fuera porque trabajé para tí, pero sé que eres una de las mejores en tu categoría. Para mí lo eres. - Acaricie sus mejillas.

- Y tú eres la mejor violinista, siento que al oírte escucha una armonía de amor, tu cara bonita es mi inspiración. - Ella sonrió. - Abrázame a tu corazón y no me dejes ir. - La atraje en un abrazo haciéndole caer sobre mí.

Mientras reíamos, yo sellé nuestros labios en un beso tranquilo. Me sentía tan enamorada de Charlotte que me hacía sentir en el cielo con un simple beso, si bien nuestra relación no había avanzado en el tema físico, aquello no parecía un problema para mí. Sabía que Charlotte apenas había salido con unos chicos en el pasado y yo no quería presionarle, quería darle el respeto que se merecía y esperarle hasta que estuviera lista.

- ¿Por qué me estás mirando así? - Al parecer luego del beso me había quedado mirándole fijamente.

- ¿Así cómo?

- No lo sé, siempre me miras así cuando me besas o te digo cosas lindas, es raro. - Reí levemente.

- Es porque no tienes idea de cuánto te amo, Charlie. - Ella me miró sorprendida.

- ¿Me has dicho te amo?

- Si eso crees haber escuchado, claro. - Sonreí.

- ¿En serio? - Asentí y vi crecer una gran sonrisa en su cara. - Yo también te amo, Norah. No sabes desde cuando estaba esperando que lo dijeras.

- ¿Por qué no tomaste la iniciativa?

- Supongo que es el miedo, creo que nunca le había dicho te amo a alguien con quien salgo. - Sonrió.

- ¿Y cómo se siente?

- Maravilloso. - Ella arregló mi cabello. - ¿Y tú?

- Es primera vez que siento algo así, créeme que es lo más lindo que me ha podido pasar. - Ella me miró con una sonrisa y me di cuenta con qué se refería con la mirada pues ella tenía una similar.