Prólogo.

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Arreglé mis lentes de sol, y caminé por las calles con algo de tranquilidad, extrañaba ser una persona normal. Desde que mis amigas subieron ese video a YouTube hace 2 años no podía caminar tranquila por la calle sin que alguien me reconociese y quisiera una foto conmigo. Bueno, tampoco me quejaba mucho pues ganaba dinero haciendo lo que me gustaba.

Sentí mi celular vibrar una vez más, lo dejé en silencio y seguí con mi camino. Había logrado escaparme del estudio con éxito, necesitaba un poco de inspiración pues no estaba sintiendo la música y que mejor fuente de inspiración que las calles de Nueva York. Había algunos cantantes, pero nada llamaba mi atención, no podía estar mucho tiempo en el mismo lugar porque solía darle el tiempo a la gente para reconocerme sin problemas. Bajé al metro, pero nada, cuando me iba a rendir cuando pasaba por afuera de un viejo trato escuché un hermoso sonido. Yo conocía esa melodía. Era la canción de Ellie Goulding, "Love me like you do". Me senté escondida en la oscuridad, era una chica con el cabello castaño claro tocando el violín, parecía disfrutar de lo que hacía. Tomé mi celular y grabé su sonido, era estupendo y aquello me había hecho tener una idea.

- Disculpe, ¿Necesita algo? – Un hombre vestido formalmente me sobresaltó haciendo caer mi celular, por favor que no se haya roto la pantalla o Seth me mataría.

- Yo... solo quería escucharle. – Murmuré tomando mi celular, salvada por el protector. El sonido se detuvo y suspiré. – Lamento interrumpir.

- No se preocupe, ¿Le conozco de alguna parte? – Miré al hombre antes de quitarme los anteojos de sol.

- Soy Norah Collins, trabajo en la industria de la música y solo buscaba un poco de inspiración, la cual he encontrado.

- ¿Quién está ahí, papá? – La chica trataba de mirarnos, pero la luz parecía afectarle.

- Una tal Norah, pero ya se iba. Tu descanso ha terminado así que continuemos en donde habíamos quedado.

- Disculpe, ¿No tendrá alguna tarjeta?

- Mi hija no es esa clase de música, lo lamento. – Yo asentí levemente. Saqué un papel de mi bolsillo y un bolígrafo que siempre llevaba para firmarle algo a los fans.

- Si está interesado llame a este número. – Él hombre lo observó antes de aceptarlo.

Cuando volví al estudio recibí un regaño de parte de Seth, mi manager. Pero fui perdonada rápidamente por el productor por la idea que le traía, aquello pareció gustarle así que empezamos grabar y retocar de nuevo las canciones que teníamos preparadas, pero aun hacía falta un detalle.

- Necesitamos a la violinista. – Murmuré. – Seth, necesito que convenzas a esa chica para grabar.

- Norah, puedo conseguirte a cualquier violinista.

- La quiero a ella, la vi en ese viejo teatro que está a unas calles más abajo. – Él suspiró antes de asentir.

- Tontos jóvenes excéntricos.

- Te he escuchado.

- Era la idea. – Reí levemente, sabía que era solo una pequeña broma. – Al menos no me pides agua de un manantial a una temperatura especifica.

- El agua de manantial es orina de peces. – Él pareció pensarlo antes de negar con la cabeza.

- Aun eres una niña, - Sonrió. – iré por tu violinista, intenta mantenerte quieta o le daré autorización a Paul para dispararte un tranquilizante. – Yo asentí sentándome en uno de los sofás. – Ojalá la chica siga ahí.

- Lo estará.

- ¿Por qué estás tan segura?

- Es temprano, y sé que ella se toma en serio la música así que dudo que quiera salir del lugar donde puede tocar libremente.

Mi manager nos dejó para irse en busca de la chica, en serio esperaba que aceptara pues necesitaba aquella dedicación en mi nuevo disco. Necesitaba esa nueva marca en la música. Cuando jugaba con la máquina de controles, vi entrar a Seth con el hombre de hace rato y a su lado, la chica. Ella me miró de arriba a abajo y yo solo le sonreí.

- Oh, así que en serio eras música. – Yo asentí.

- Pues no creo que seas una tan reconocida pues nunca te he visto. – Sonreí levemente para tranquilizar a su padre quien había fruncido el ceño.

- Mi música es alternativa. – Le expliqué.

- ¿Puedes explicarme para que interrumpiste mi ensayo? – Alcé una ceja, a ella no parecía importarle ser borde con alguien, interesante.

- Quiero que el sonido de tu violín esté en mi disco. – Me crucé de brazo, ella miró a su padre quien se encogió de hombros.

- ¿Cuánto me pagarás? – Miré a Seth.

- Bueno, dependerá de cuantas canciones sean. – Explicó. – Pero por lo que he visto, alrededor de quinientos dólares por canción. – Ella asintió.

- Tengo que pensarlo. – Noté que en su muñeca tenía unas pulseras, sonreí levemente.

- Y puedo hacer que conozcas a Shawn Mendes. – Ella me miró tratando de ocultar su sonrisa.

- Esta bien, acepto. Por cierto, soy Charlotte Wood.

- Un gusto. – Ambas estrechamos nuestras manos, pero la diferencia es que yo tenía una sonrisa y Charlotte estaba seria. 

Algo me decía que esto sería el comienzo de una historia interesante.

Armonía De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora