Ya para la hora de la salida, me sentí un poco tranquila. Tuve tiempo sufuciente para procesar todo lo ocurrido y me sentí mejor. Espero que en clase no hayan dicho nada importante, porque no presté una pizca de atención. Ni al buenos días, nada. Para mi suerte, hoy Juan Carlos también se ha dado el lujo de llegar tarde. Y ahí estaba yo, sentada exactamente en el mismo lugar donde todo habia "empezado", por decirlo así. Sólo miraba hacia la calle llamando a mi chofer mentalmente. Pero no me funcionaba. Luego, para distraerme empezé a recordar como había llegado Thiago justo hasta donde yo estaba en ese momento. De la nada, me dio por mirar hacia a la escuela y ahí estaba él, por suerte no vio mi cara ridiculísima de sorpresa ya que estaba distraido con unos amigos suyos. ¿Cómo habré hecho eso? ¿Lo habré invocado? Aún no lo sé. No me encontraba mirando hacia allá, pero la vista periférica me permitía ver a la perfección hacia donde él estaba. Después veo que se despide de ellos. Venía para donde yo estaba. Rayos, lo que me faltaba.
"¡Eh, Mariana, nos encontramos de nuevo! -me dijo sonriendo.
"Hey... ¿si verdad? Que curisoso." -me limité a responder, evitando hacer contacto con sus ojos. Debo admitir que eran hermosos. No eran grandes, más eran alargados y color miel. Otra cosa que lo hacía aún mas atractivo. Apenas lograba ordenar mis pensamientos y vuelve a llegar a destrampar todo lo que había logrado hasta el momento. Y para mi suerte, me tocó quedarme con él, ya que no había nadie más a quien conociese en la escuela en ese momento. La verdad recuerdo que fue una conversación amena, me reí de mucho de lo que decía y viceversa. Y en parte, nos fuimos conociendo poco a poco. Y cuando me empezó a caer bien el chico, llega el Juan Carlos, a dañar la escenita. Estaba tan buena la conversadera que ni noté que estaba ahí frente a mis ojos. Juan se bajó de su asiento y casi muero del susto cuando me dice con su grueso y alto tono de voz:
"¡Señorita Mariana! ¿No vió que ya había llegado?"
"¡Dios, Juan Carlos, me asustastes!" -dije, tocandome el pecho del susto.
"Disculpe. En fin, ¿ya nos podemos ir?"
"Sí, sólo déjame recoger mis cosas..."
Thiago me veía recogiendo mi maleta, y bolso, y noté que Juan Carlos le lanzó una fulminante mirada que lo intimidó un poco, aunque no dije nada. Siempre río cuando recuerdo su carita de perrito mojado en ese momento. Bueno… después, me despedí de el, dispuesta a darle la mano, pero...¿qué hizo el? ¡me abrazó! ¡Si acaso sé cómo se llama y me abrazó! Tabién pude sentir que me iba a besar la mejilla, pero Juan Carlos como para evitarlo me apresuró. Lo maldigo triplemente a por haber intervenido. Me dio una rabia africana su inoportuna intervención. Ya en el carro me empezó a preguntar cosas, y yo se las contestaba, por cortesía. "Recuerde que sus estudios deben ir primero que los novie..." "Ahi ya, ¡suficiente! Si le va a decir a mi madre pues hágalo, pero ya no quiero hablar al respecto." -dije. Me hizo llegar a un punto de estrés en el que le dije eso. "Además, el muchacho y yo somos amigos, ¿ok? -añadí. No suelo ser grosera, pero cuando me hablan mucho de algo que hago soy algo así como incontrolable.
Ya de este día no hubo más cosas interesantes...
Ah sí. Descubrí que Mauro, mi mejor amigo, está interesado en mí. ¿Cómo me di cuenta? Pues a la hora del recreo bajé con Ashley al salón de la señorita Hemsworth (el estaba ahí, pero mi verdadera intención era ver a Thiago que se sienta justo al lado). Apenas llegué, todos me miraban raro. Después de preguntar unas mil veces, me contaron que Melly llevaba una cinta que decía: '¡besos gratis!' y Mauro le dijó: "¿Sabes? Eso le quedaría más a Mariana ya que ella es cariñosa, tierna y linda." Obvio, quedé en shock. ¡Yo que empezaba a creer que era gay! Bueno, ya veré como salgo que esta.
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El Diario de Mariana
RomanceMariana, una chica como cualquiera, cuenta cómo su vida cambió de rutinaria a una total aventura, todo gracias a sus amigos que la acompañan, y por supuesto a ese chico al que conoció de casualidad, sin ella esperar que ese momento era el inicio de...