Hoy tuve mi práctica de hip-hop como todos los jueves, y como era de esperarse Franklin -mi instructor- no dejó de hablar de el Teen Fest. Se entiende porque es decir, ¡está en boca de todos! Ya va para 3 días de ser tendencia en twitter, muchos artistas están hablando de esto...Sucede que aquí en Los Ángeles ya casi no hay nada para nosotros los chicos y esto sólo pasa una vez al año, así que cuando se acerca todos están más que ansiosos. Franklin Torres es un muchacho de 26 años, bailarín profesional, castaño y de ojos miel. Y como cualquiera, tenía un sueño: abrir su propia academia de baile. Y lo logró, sí, el es el dueño de mi academia. Por eso todos los que estamos ahí lo vemos como un ejemplo de vida. En fin, esta clase llegó con sus "baggy pants", su sweater holgado de Nirvana, tomó un banquito y dijo tan serio como jamás lo habíamos visto:
"Bueno chicos. Como ya saben dentro de 3 meses será el Teen Fest. Y...¡ya saben lo que eso significa!"-todos se miraban entre sí sonriendo-"Yo como soy el mejor instructor de todo el continente, y me atrevo a decirlo, tengo una maravillosa idea que se me ocurrió...eh bueno, esta mañana. Tengo pensado hacer primero cinco grupos de 2 parejas cada uno, y así cada uno bailará un estilo distinto, para que todo Los Ángeles vea lo buenos bailarines que somos. ¿Les gusta la idea?"
¡Sí!-se escuchó la respuesta unánime.
"Que bueno, porque ya hasta planifiqué los grupos."-dijo él. Secretamente cruzé los dedos para que el destino me hiciera el favorcito. Escuchaba vagamente todos los grupos ya que no habían dicho ni mi nombre ni el de Thiago. Hasta que llegó..."¡Grupo cuatro! Este en particular lo escogí con mucho cuidado, ya que decidí que su tema aparte del hip-hop sería...¡tango! En el grupo están Nicole y Mauro, y por supuesto Thiago y Mariana." En ese momento casi me caigo de la alegría. Todo me empezaron a mirar, entre ellos Thiago. Yo sólo me limité a sonreír tímidamente, quizás me sonrojé, no lo sé.
"Bueno chicos, ya es todo por hoy. No olviden, ¡el lunes a la misma hora!". Todos salieron de volada, yo sólo salí disimulando lo más que pude. Me senté en una esquina de las bancas de afuera, como solía hacerlo. Al rato veo a Thiago desde lejos. El me vió y me dedicó una sonrisa, vino y se sentó.
"¿Lista para la coreografía?"-dijo.
"Te digo la verdad, ¨¡estoy muy emocionada al respecto!"-exclamé. ¡Rayos! Tengo que dejar de pensar en voz alta.
"Ah, ¿de veras?"-me sonrió curioso de lado. Tuve que esconder mi cara porque sabía que me había sonrojado. Era increíble el poder que este muchachito tenía en mi ahora, sin la mínima intención de hacerlo. Lo que más me molesta es que el es de esas personas que siempre te miran fijamente a los ojos. Lo que el no sabe es lo susceptible que soy a eso, o por lo menos a los suyos...¡Ese color miel!
Y ahí estaba pues, medio escuchando lo que decía y perdida en ese color miel, eran tan claros que podía verme en ellos. Fue cuando miro a mi izquierda...¿y qué es lo que veo? Al Mauro, que estaba prácticamente botando humo por las orejas y la nariz de los celos. Creo que Thiago se dio cuenta, tal vez no, no sé...Pero por lo menos yo sí. Yo creo que sí lo notó porque apenas miró hacia donde el estaba ya no hacía tantos relajos, ni se reía mucho. Pobre Thiaguito, debió haberse intimidado.
Después escuché un pitazo muy parecido al carro de mi madre, miré hacia la izquierda y me di cuenta que en efecto, era ella.
"Eh, ya llegó mi mamá, me tengo que ir."-le dije a Thiago, pero lo suficientemente alto para que Mauro escuchara, supongo.
"Bueno...¡adiós!"-me respondió con una sonrisa en su rostro. Nos levantamos y le iba a dar la mano,pero el extendió sus brazos para darme un abrazo. Me iba a dar un tierno beso en la mejilla, pero...de nuevo Mauro se metió en lo que no le importaba, lo empujó y me abrazó de modo que pudiera verle la cara a Thiago frente a frente. Creo que el sólo miró hacia otro lado inclinando la cabeza. Estaba súper enojaba con ese tipo, ahora si que lo estaba, y no pretendía disimularlo. Tomé mi bolsa, lo miré mal, y me encaminé hacia el carro de mi madre.
Legué al carro y cerré la puerta de un golpe.
"¿¡Pero qué rayos te pasa a ti ahora!?-exclamó boquiabierta mi madre. No era una chica de carácter fuerte, al contrario, era bastante tierna. Pero cuando me pasaba algo -como lo de hace unos instantes- no había fuerza en el mundo que me calmara.
"Ese Mauro, eso me pasó. No quiero hablar de eso ahorita ¿sí?"
"Bueno.
Así pasé el rato durante todo el trayecto a casa. Tan colérica que ni música quería escuchar. Ash, bloquearé a ese tipo del Whats App. ¡Qué pena hablar con Thiago ahora! Seguro se apartará creyendo que ese anormal es mi novio. Ahora tengo que crear un plan para que se de cuenta que el y yo no tenemos nada, pero claro, de una forma indirecta. Pero bueno, ya entre Ashley y yo se nos ocurre algo.
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El Diario de Mariana
RomantizmMariana, una chica como cualquiera, cuenta cómo su vida cambió de rutinaria a una total aventura, todo gracias a sus amigos que la acompañan, y por supuesto a ese chico al que conoció de casualidad, sin ella esperar que ese momento era el inicio de...