Y el día ha llegado. Después de tantos días de largas prácticas, desvelos por tareas atrasadas ya que tenía que quedarme aquí en la escuela practicando la coreografía, que en verdad sólo era un paso, pero añadirle todo el donaire necesario, mover bien los brazos, sonreír…todo eso tardaba tiempo, ¿me entiendes? Y bueno, al fin el viernes ha llegado.
Cuando llegué con mi madre a la escuela con el montón de cajetas llenas de globos, pompones, sombreros, collares y hasta una bandera necesitamos ayuda de uno de los guardias de la entrada para entrar. ¡De verdad que eran un mundo de cosas! Luego, ella se tuvo que ir a retirar mi ropa en la lavandería...
¡Oh, no te he contado de la ropa!
Bueno, se trataba de un corset rojo súper ceñido al cuerpo…lo sé suena a ropa que usaría una plástica fácil pero bueno, es lo que se me escogió.
Y la verdad para mi gusto no se veía mal, bueno, no tanto…
En fin, ahí me quedé yo en el piso de abajo con el montón de cajetas, esperando que Ashley quizás me pueda ayudar a cargarlas, no sé.
Al rato como era de esperarse llegó mi confidente y vio con asombro el bulto gigante que casi le dejaba verme la cara.
-¿Te ayudo con eso?-dijo con total sarcasmo.
Torcí los ojos.
-Si fueras tan amable…-dije encogiéndome de hombros.
Ash rio y juntas cargamos las cajetas hasta el piso de arriba donde estaba nuestro salón. Cuando ya estábamos arriba sólo nos quedó esperar a Mr. Fox –como le decimos a el señor que aparentemente le pagan por abrir las puertas-.
Cuando llegó la hora del recreo tengo que encontrarme con la vendida de mi consejera ¡ayudando a otra chica! Juro que en ese momento tuve unas increíbles ganas de matarla, pero en vez de eso sólo corrí y me fui hacia un rincón a llorar. Al rato llegó Ashley con una amiga suya con la que a veces se queda en los recreos. Cuando me vio corrió hacia mí y le expliqué lo que había pasado. Mientras me consolaba y me decía “no llores” “recuerda que tienes que lucirte allá en sólo minutos” aparece Abdiel, por lo que los grandes y cafés ojos de mi amiga empezaron a brillar y ella empezó a hablar más alto. –para llamar su atención, supongo-.
Y de hecho funcionó.
-Tú solo me estás diciendo eso porque él está aquí.-le dije dedicándole una sonrisa de lado.
Ella rio nerviosamente y me pegó en el hombro.
-¡Cállate!-respondió sonrojada por descubrirla en sus andanzas.
Luego ambas entramos al salón de la doble cara que tenía como consejera y vi todo inundado de cosas verdes como si esa fuera la barra que debería apoyar.
A lo lejos noté a mi mamá, arreglando un par de cosas azules en un rinconcito casi invisible del cuarto.
Ella estaba muy cabreada y con motivos obvios por la situación, al igual que yo y Ashley, pero ella me dijo que me mantuviera tranquila ya que todo saldría bien al final... Y en verdad tenía razón, así que al final me quedé calmada, ni peleé ni nada, simplemente esperé a la hora de vestirme sentada para mantenerme fresca y estar divina para la caravana.
Mientras Ashley, Andrea y Meli hacían locuras repartiendo las cosas azules de mi barra allá arriba en el salón, yo estaba arreglándome para la presentación. Después de pelear con los clips del corset, con el pantalón de brillos negros y estos semejantes tacones, estaba lista…la ropa.
En el cabello me haría rulos, ya que lo tenía increíblemente largo. Me hice anchoas para hacer ondas y luego me recogieron la parte superior de mi cabello para dejarlo suelto en su mayoría. De acabado me rizaron con la tenaza lo que quedó suelto de la cola y el resto de mi cabello y me colocaron un tocado de plumas rojas y negras.
Cuando me miré al espejo juro que no me sentía yo. Wow, me sentía hermosa, perfecta. Ya todo pasó y aún no lo creo.
Tuve que ir al salón a buscar mi bolsa, y cuando entré se rompió el gran silencio que había: sólo se escucharon gritos, vi caras asombradas, de parte de mis amigas y claro, de los chicos también. Entre el millón de cosas que oí decirse escuché cosas como “¡se veía hermosa!” “¿quién era esa? ¡No la conozco!” “uf, ¡hoy Thiago va a ser todo suyo!”, entre otro montón de cosas. Yo sólo salí de mi salón como si nada hubiese pasado.
Ya casi era hora de iniciar la caravana, así que todas las chicas bajamos a hacer una última práctica ¡Ah! Creo que olvidé comentarte que entre los que tocarían ahí estaba Abdiel., que de hecho tocaba con una emoción enorme. Dios, el sí adora la música. Fue cuando de pronto veo a un camarógrafo filmando, y lo único que me dio por hacer fue saludar y sonreír. ¡Espero que eso no salga en la grabación!
Como a los veinte minutos llegó todo el mundo al gimnasio donde el show se llevaría a cabo, y la murga comenzó. Miles de personas aplaudiendo y gritando admito que me pusieron la piel de gallina, pero al final salí y lo hice bastante bien…creo.
Después subimos todas a la tarima y nos hicieron un par de preguntas, ya sabes, mi nombre, mi salón, qué me gusta hacer…
Según me contaba Ashley cuando estaba hablando me movía mucho mientras contestaba, lo que me frustró un poquito, pero lo demás siento que lo hice bastante bien, y estoy muy orgullosa.
Sobre la entrevista…
Uno de los requisitos del concurso era dominar el inglés, ya que a todas nos hacen una serie de preguntas que respondemos primero en calma y luego nos las hacen para una filmación de una página web muy popular aquí en Los Ángeles: Girls All In.
Al principio estaba muy nerviosa, pero ya para la tercera pregunta estaba en total calma y me sentí más confiada.
¡De verdad espero que en la final pueda llegar lejos! Siento que sí, sí puedo pero…me da miedo fallarle a todos, que tanto apoyo me han dado.
La final de esta pesadilla llamada LA Queen es el próximo martes aquí mismo en el gimnasio. En la apertura usaremos unos vestidos con la parte de arriba elástica y con lentejuelas. En verdad no me gusta mucho como suena eso, pero ya veré cómo queda ese atuendo. Luego, viene la pasarela con unos jumpers de short que…tampoco sé cómo lucirá, pero tu sabes, siempre esperando lo mejor. Lo último antes de la clasificación es la pasarela con vestido de gala. ¡Amo mi vestido! Es largo con corte de princesa, arriba tiene un escote con forma de corazón y decorado todo con piedras preciosas y abajo todo liso hasta abajo. Atrás tiene un escote que…ah, lo adoro.
Ahora quiero que sea viernes. ¿qué rara yo no?
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El Diario de Mariana
RomanceMariana, una chica como cualquiera, cuenta cómo su vida cambió de rutinaria a una total aventura, todo gracias a sus amigos que la acompañan, y por supuesto a ese chico al que conoció de casualidad, sin ella esperar que ese momento era el inicio de...