Nunca fuiste el décimo.

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Tsuna se acercó al escritorio de su abuelo, sentía que algo malo pasaría.

— ¿Hay algo que quieras decirme, Nono? —preguntó, la hyper-intuición le estaba molestando y debía desmentir la duda.

El viejo se asustó porque lo supiera, era muy bueno cuando de adivinar cosas se trataba. El hombre miró a los guardianes de su nieto.

— S-Sí, sí hay algo que debo decirte, Tsunayoshi —admitió al fin, rascando su nuca con nerviosismo.

El "kun" en su nombre había desaparecido, uy, eso iba en serio, y por la expresión de Tsuna parecía haberse dado cuenta de que sus sospechas de que algo no iba bien eran correctas.

Timoteo le señaló la silla frente a su escritorio en señal de que se sentara y el candidato a sucesor obedeció.

— Yo.. este... —no sabía por donde empezar su narración, estaba nervioso, y mucho—. T-Tú sabes que para convertirte en mí sucesor debes pasar la prueba de sucesión..

Tsuna asintió nuevamente, se estaba asustando, ese tema siempre era serio y para él seguía sin ser muy convincente todo eso, mas había aceptado el cargo hacía pocos meses.

— Digamos que, hipotéticamente, tú no seas mí sucesor —el Sawada asintió más asustado, había comenzado a temblar, ese "hipotéticamente" no le daba una buena sensación—. ¿C-Cómo reaccionarías en ese caso?

La pregunta llegó a los oídos del joven, sí, pero éste no parecía procesar la pregunta porque al momento de tocarle tomar la palabra se quedó estático.

Los presentes lo dejaron pensar, no aparentaba tener una clara respuesta.

— Jamás pensé en esa posibilidad —comenzó a decir con una sonrisa nostálgica, algo le decía que pronto las cosas se harían más claras en su mente—, pero, supongo que si se diera la ocasión... estaría muy triste.

Eso le llegó al corazón a los demás, dios, por qué tenían que hacerle eso a su cielo.

— No me enojaría, pero sí me dolería mucho.

El noveno tragó en seco, le tocaba la parte más difícil de la conversación y no quería hacerlo, mucho menos después de saber que le rompería el corazón por completo.

El silencio reinó durante unos minutos.

— Lo siento, ¡pero no puedo hacerlo!

Su grito trajo a la realidad al castaño que todo ese tiempo estuvo perdido en la posibilidad de que eso pasara.

— ¿Qué están escondiéndome? —fue lo primero que de sus labios pudo salir.

Reborn hasta ahí había llegado.

— Tsuna, tú nunca fuiste el décimo —soltó sin aguantar más, los demás le lanzaron una mirada molesta.

Los ojos del aludido se vieron abiertos al momento de terminar de escuchar eso, le habían llegado como una estaca al corazón esas palabras.

— Lo sentimos Tsuna —Yamamoto fue secundado por los demás guardianes ante las disculpas—. D-Debes.. entregar el anillo y los accesorios Vongola.

Al moreno le había dolido decir aquello, pero no había otra forma de decirlo más que ser directo, después de todo el plan se había ido por la borda.

Los ojos de Sawada se llenaron de lágrimas que desbordaron poco a poco hasta parecer cascadas, salían sin parar, eso era lo que su intuición estaba diciendo. Pero a pesar de las lágrimas, miró a los ojos a la lluvia y se los entregó, sin mediar palabra.

— Habrá un vuelo esperándole para viajar de nuevo a Japón, Sawada-san.

¿Ese era Gokudera? ¿Por qué había frialdad en sus palabras, que antes con tanto afecto dejaba ir? ¿Y desde cuando era capaz de llamarlo por su apellido?

El ex-décimo echó a llorar, y salió corriendo a su habitación para recoger sus cosas y luego retirarse.

No tenía ganas de saber qué había dejado atrás, sólo corrió, y sin mirar a sus espaldas.

Aquí Yuu reportándose para romper corazones de fangirls obsesionadas -como io- y mandar a la verga a los clichés, oh sí, señores, volví.

Disfrútenlo, porque probablemente nunca tengan un segundo capítulo de esta cosa xd.

Tsuna, no eres el décimo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora