Guardianes derrotados.

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La cuarta y anteúltima batalla se llevaba a cabo con unos espectadores ansioso pues pronto se acercaría la pelea de los jefes más poderosos del bajo mundo, las cosas avanzaban muy rápido.

Como Lambo era menor de edad y habían decidido entre ambos cielos que no lucharía por los daños que sufriría, y Hibari se había ido de viaje a una misión hacía dos días y no estaba presente, los marcadores indicaban una victoria asegurada para la familia de Tsuna.

Yabura estaba lista para demostrarle a su jefe que ella podía vencer a cualquiera en todo tipo de situaciones, se sentíaansiosa y muy emocionada por probar la energía y poder del sol de Vongola.

Él, enérgico como siempre, esperaba externamente a su derrota, pues él después de ver las peleas de sus amigos, y las heridas que tenían después de estas no veía la oportunidad de ganar en la suya, más por la apariencia de esa mujer.

Ella tomó una varita con un cristal en forma de estrella en la punta ambos de color celeste con detalles blancos, y la utilizó para  materializar un arco y flecha de color amarillo.

Se la lanzó sin que pudiera reaccionar por la sorpresa de su habilidad y quedó paralizado, ella sonrió algo alegre mientras sacaba una lanza y la tiraba a su hombro derecho.

Ryohei gritó de dolor, la sangre escurría de la reciente herida hecha por la chica y juraría haber visto una sonrisa sádica en su rostro antes de que se acercara y desprendiera su arma, para luego volver a clavarla en su otro hombro.

Volvió a quitarla y clavarla en su costado derecho sin tener piedad alguna, apuñalándolo, ella seguía reconrosa por el envenenamiento a su  cielo y a pesar de que ellos no tenían nada que ver, quería verlo sufrir un poco por todo el daño que le había hecho en un pasado con los demás Vongola.

Finalmente materializó otra flecha, esta vez tenía la punta más filosa y se la apuntó directo al cuello mientras a su oído susurraba.

Hizo un corte para nada profundo, al sol se le escapó un chasqueo de lengua para contener el dolor.

— Me rindo —soltó de repente el sol, la chica desmaterializó sus armas y salió de ahí, llamando a Hime para que lo curara instantáneamente.

Ella se acercó al pobre en el suelo, y lo curó con su gran habilidad curativa instantánea, dejándolo inconsciente para que descansara hasta la última pelea.

Hiroyuki y Tsuna se miraron al inatante, el peli-naranja estaba emocionado por lo que vendría, ganaría de alguna forma u otra cuando lo asesinara.

Ciao.

La última pelea se acerca, estoy emocionada ^-^

En fin, gracias por todo su apoyo, los amo ♡

Son lo mejor del mundo, pero tendrán que esperar  para  ver si publico la pelea de Tsu y Hiro ahora o mañana :3

Tsuna, no eres el décimo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora