Separados.

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La llegada a Japón había estado llena de nostalgia para los tres, ya que a pesar de sus ganas de acabar rápidamente con la relación hacia los Vongola dejaban un poco de sus corazones en cada relación formada mientras aún pertenecían a esta.

Al llegar a la residencia Sawada, el rubio ceniza se encargó de recostar a la mujer en la cama compartida entre ellos para que descansara con la certeza de su seguridad, ya que parecía estar inconsciente por cloroformo, así que con respecto a ello se habían tranquilizado bastante.

Primo y Tsuna se quedaron desolados en la sala, buscando alguna señal de que el otro fuera a hablar, pero la conversación no quería comenzar: el castaño se sentía triste y no era para nada disimulado por su mirada nostálgica, recordaba los momentos vividos y las aventuras junto a sus "amigos".

Giotto le sonrió, a sabiendas de que el joven a su lado no tenía ganas de recibir consuelo, sino unos brazos para llorar que lo acompañaran incondicionalmente durante toda su vida, y eso fue lo que hizo; lo envolvió con sus brazos para que este comenzara a llorar.

Iemitsu apareció por la puerta poco después de oír unos sollozos muy conocidos para él, le dolía en lo más profundo de su paternidad el ver a su hijo así de mal y humillado por unas personas que ni valían la pena.

— Ellos no merecen tus lágrimas, Tsuna —anunció, dedicándole una bonita sonrisa sólo para él, el susodicho se removió en los brazos de su antecesor—. Aunque hoy llores por despedirte, mañana sonreirás por los recuerdos.

Tsunayoshi alzó la mirada más tranquilo y con una sonrisa radiante, como nunca se la había dedicado a alguien, se aferró a los brazos de su padre y su querido abuelo, agradeciendo en voz baja todo su apoyo y muestra de cariño.

Tenía a muchas personas que lo apoyaban y querían, no estaba solo. Nunca lo estaría.

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Al día siguiente, su madre lo despidió con un abrazo y su padre le revolvió los cabellos con una sonrisa, mientras se despedía era acompañado por su abuelo a la escuela, que desde entonces había decidido quedarse a su lado para no estar en soledad, obviamente teniendo precauciones.

Al llegar al salón se sentó en su lugar correspondiente, llegando a tiempo, algo sorprendente para los demás, mientras tanto el rubio se reía en sus internos murmurando que todavía no sabían nada sobre su nieto.

Nezu ingresó a la habitación, y sin darle mucha importancia al castaño, comenzó a poner ejercicios en la pizarra explicando el nuevo tema, pero al ver la poca atención que el castaño le daba le cedió la tiza para que resolviera uno de los ejemplos.

Giotto rió con malicia al ver cómo el joven se levantaba de su asiento sin rechistar y comenzaba a resolver los ejercicios con suma facilidad y rapidez, eso no era nada comparado con las enseñanzas de su ex-tutor.

La clase finalizó con unos alumnos demasiado sorprendidos por la actitud de su compañero inútil en las dos horas antes del receso, mas otros tres estaban furiosos por quitarles lo que era suyo, así que decidieron seguirlo y confrontarlo en la azotea.

Ieyasu desapareció al momento de sentir unas presencias hostiles contra su familiar, lo que hizo reaccionar al chico y que se preparase para esquivar, pero los golpes e insultos jamás llegaron.

— ¡Y no se metan con mí nieto de nuevo! —escuchó el grito furioso del rubio, mientas a tropezones los otros tres se escapaban corriendo aterrados.

Tsuna rió, sería divertido sin sus amigos después de todo.

Ciao.

Este es un capítulo especial preparado para celebrar el 1K de vistas de la historia, ¡muchas gracias! 

Todo su apoyo estos días me motivó mucho y estoy saliendo adelante con mis días depre, de verdad les agradezco.

Los amo <33 Son como el Giotto de mi Tsuna, la mozarella de mi pizza, Vongola para el bajo mundo, mis auriculares para los parlantes (?) 

En fin, hoy posiblemente no haya doble, triple o cuádruple actualización. Ya veo que la mina decía eso y terminaba actualizando como cinco veces seguidas, ahre.

Hoy estoy con dos invitados especiales —Hugs her Tsuna and Giotto—

Tsuna: Am.. Yuu-chan.. —c sonroja violentamente—

Giotto: Suelta a mí nieto, bitch —Diva—

Mí Tsuna, mi esposo, mío, Gio. Aunque tú también eres mío. —Los secuestra—. 

Me voy con mis niños, adiós —Huye para que no le arrebaten a sus niños—

Tsuna, no eres el décimo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora