Capítulo 2

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Capítulo 2: Callejón Diagon. 

3 días después:

Cuaderno de bitácoras; han pasado 3 días desde mi cumpleaños, no sé cómo he podido aguantar tanto... Ya sé lo qué debo hacer.

- ¡Papá! ¡PAPÁ! ¡Hoy es 31, iremos al Callejón Diagon! – gritaba mientras corría al dormitorio de mis padres – Papá, papá ¡despierta, anda! – chillé mientras me lanzaba sobre este.

- Maldición, Malia ¡Quítate! Que ya pesas.

- Entonces levántate, voy a desayunar – dije para salir corriendo.

Un rato más tarde ya estaba vestida, y mi padre me estaba esperando en el coche, me despedí de mamá y nos fuimos dirección al Caldero Chorreante.

- Traes la lista de los materiales, ¿no?

- Tranquilo, lo tengo todo controlado, aquí está. – me abaniqué con la hoja de materiales. – ¿Adónde iremos primero?

- Primero iremos a Gringotts, al banco de magos, a buscar dinero.

Llegamos al Caldero Chorreante, al entrar una sensación extraña invadió mi cuerpo, miré el lugar, había una persona que me observaba. Llevaba puesto un turbante en la cabeza. Me lo quedé mirando fijamente, había algo en él que no me gustaba.

- Hola Tom. – saludó papá al camarero, haciéndo que apartara la miranda de aquel hombre.

- Hola William, ¿váis al Callejón Diagon?

- Sí, vamos a comprar los utensilios para la escuela.

- Bueno, ya sabes como se hace, nos veremos pronto. – se despidió el camarero.

- Adiós – dijimos papá y yo.

Nos dirigimos a una pequeña ''terraza''/ patio de luz, por así decirlo. Sin nada en especial a destacar

-Pero papá esto no es el Callejón Diagon.

-No, pero – empezó a golpear la pared con la varita, los ladrillos a los que golpeaba se movían hacia delante y atrás. – esto sí. – se abrió la pared

- Bienvenida a...

- ¡Un terremoto! – lo interrumpí lanzándome al suelo.

- ¿¡Pero qué diablos!? – escuché que cuestionaba papá. – Suerte que no era un terremoto de verdad, porque te aseguro que así no sobrevives pequeña histérica. 

Levanté la cabeza para observar a papá, que se apartó dejando ver una calle ancha donde todo era mágico, ¡era perfecto!

- Vale, Malia, ahora vamos a Gringotts y sacamos el dinero. – asentí y nos pusimos a caminar. Cuando llegamos donde el banco me advirtió;

- Cuidado, los gnomos no son muy amigables que se pueda decir. – Entramos y nos dirigimos a una mesa que estaba en el fondo de la enorme sala, donde estaban los gnomos haciendo su trabajo.

- Hola, venimos a sacar un dinero, la cámara 679.

- Y ¿tiene el señor su llave? – preguntó el gnomo con un tono que no me gustó nada. Era tetrico. Papá sacó una pequeña llave de su bolsillo y se la entregó

- Aquí está la habichuela mágica. – comentó.

- Vale, síganme – habló el gnomo ignorando lo que papá había dicho, al igual que todos.

Nos guió hasta una especie de túnel, donde montamos en un vagón, ¡era igual que una montaña rusa! Hasta que frenó delante de una puerta, supongo que la cámara 679.

MALIA COLLINS Y BIENVENIDA A HOGWARTS ||Harry Potter Fanfic||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora