Capítulo 19

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Capítulo 19: El rescate de la piedra filosofal 

- ¿Malia? – escuché una voz demasiado conocida.

- ¿Harry? ¿Qué haces aquí? – pregunté extrañada y algo aliviada. Se sacó, mejor dicho, se sacaron la capa invisible de encima, y se dejaron ver.

- Vamos a salvar la piedra filosofal. – dijo Ron excitado. Harry se giró hacia Hermione y Ron.

- Si queréis iros no os lo reprocharé. Podéis coger la capa yo no la necesito.

- No seas estúpido. – dijo Ron

- Vamos contigo. – finalizó Herms. Harry se giró hacia mi dudoso.

- No hace falta que preguntes, sabes que no me pienso ir, y nunca le digo que no a una buena aventura. – dije animada y con la varita en mano.

Nos colocamos la capa por precaución, abrimos la puerta y se oyeron unos gruñidos, Harry cogió la flauta que le regaló Hagrid y se puso a tocar, *no tiene mucho futuro en la música*

En pocos segundos la bestia llamada Fluffy cayó rendida.

- Sigue tocando, no pares. – advirtió Ron a la vez que salía de debajo la capa. Se puso a mirar. – Creo que podemos abrir la trampilla. ¿Quieres ir tú delante, Hermione?

- No, no quiero. – respondió ella rápidamente.

- Mira que eres cobarde Ronald. – dije burlándome.

- Muy bien. – abrió la trampilla mirando por ella.

- ¿Qué ves? – preguntó Hermione nerviosa.

- Nada.... solo oscuridad.... no hay forma de bajar, habrá que dejarse caer. – contestó Ron. - ¿Qué quieres ir tú primero? ¿seguro? – dijo hablando con Harry, este le hacía gestos, ya que aún seguía tocando la flauta. – No se ve cuan profundo es. Dale la flauta a Malia, para que el perro siga durmiendo.

Recibí la flauta y la toqué lo más deprisa que pude, porque Fluffy se puso a gruñir.

Harry hablaba con Ron, no prestaba mucha atención a sus palabras, lo único que vi fue cuando desapareció.

Después de un rato que parecían minutos, horas, Harry gritó que se encontraba bien, en eso Ron saltó y también desapareció.

Era el turno de Hermione, me miró asustada, pero la intente relajar con la mirada y haciéndole gestos. Saltó. Me tocaba a mí respiré lo más hondo que pude sin dejar de tocar la flauta y me arrojé.

Todo estaba oscuro y húmedo. *no me gusta la oscuridad* Aterricé y mi trasero golpeó con algo mullido, parecía una planta.

- Me alegro de que estuviera esta planta aquí. – dijo Ron intentando incorporarse.

- ¿Te alegras? – dijo Hermione. – ¡Miraos!

Miré mis piernas y la planta me las enroscaba.

- Dejad de luchar. – habló Hermione horrorizada. – Creo que sé lo que es. ¡Es lazo del diablo!

- ¡Quietos! ¡Relajaos! – les grité mientras la planta trepaba por mis hombros. – No os resistáis. – la planta me envolvió entera y me lanzó hacia abajo.

- ¡MALIA! – oí los gritos de los chicos.

- ¡ESTOY BIEN! RELAJAOS, HACEDME CASO – en eso cayó Hermione a mi lado ayude a pararla y después de unos segundos apareció Harry.

- ¡HARRY! ¡HERMIONE! SOCORRO. – gritaba Ron.

- No logra calmarse ¿Qué hacemos? – nos preguntó Harry.

- Recuerdo haber leído algo de Herbología... – recordaba Hermione. – Lazo del diablo, muerte crisol... – abrí los ojos sorprendida.

- ¡Eso es! No soporta la luz del sol. – en eso Hermione levantó la varita y pronunció.

- ¡Lumos Solem!

La planta se apartó velozmente y Ron cayó al suelo. Se levantó apresurado sacudiendo su ropa.

- Uff, menos mal que no cundió el pánico. – dijo aliviado y yo le pegué un puñetazo en el brazo.

- Mira que eres idiota. – dije negando.

- Sí, y menos mal que atienden en Herbología. – habló Harry refiriéndose a Hermione y a mí.

- ¿Qué es eso? – preguntó Hermione mirando hacia el lado. Escuché con atención.

- Parece un aleteo. – dijo Harry. Nos miramos extrañados.

- Será mejor que continuemos... – dije, ellos solo asintieron.

Caminé lentamente por un pasillo, hacia donde provenía el ruido, con los otros detrás y la varita en mano.

Llegamos a una especie de sala con una puerta de madera al otro extremo.

- ¿Son pájaros? – preguntó Ron, no me había dado cuenta de ellos. - ¿Creéis que nos atacaran si cruzamos la sala?

- Es probable. – contestó Harry. – pero parecen inofensivos. Cruzaré corriendo.

Dicho y hecho, salió corriendo cubriéndose la cara, pero los pájaros ni se inmutaron.

- Vamos. – dijo Hermione, salió corriendo con Ron tapándose la cabeza, pero ni los pajarillos ni yo nos movimos.

Estaba embobada mirando los supuestos pajarillos, que brillaban.

* Espera ¿desde cuándo los pájaros brillan? O siquiera son de metal. *

- Eso no son pájaros. – dije acercándome lentamente a los otros. Harry también los miraba.

- ¡Son llaves! – exclamó. – Llaves alada, eso significa.... – paseó la vista por la sala, lo imité.

- ¡Allí! – grité mirando unas escobas en una esquina.

- ¡Escobas! ¡Tenemos que atrapar la llave! – continuó Harry eufórico.

- Pero hay miles de llaves. – dijo Hermione frustrada.

Ron examinó la cerradura de la puerta y dijo.

- Tiene que ser una llave grande y antigua de plata.

Cogimos una escoba cada uno y con una patada al suelo ya nos encontrábamos volando en el aire.

Las endemoniadas llaves volaban a la velocidad de la luz, era casi imposible atraparlas, casi porque no hay nada imposible.

Después de unos minutos rebuscando entre el remolino de llaves Harry gritó.

- ¡Es aquella! De alas azules brillante.

Ron se abalanzó velozmente hacia donde señalaba Harry, chocó contra el techo y casi se desplomó.
*Llave 1 / Ron 0*

- ¡Hay que apresarla! – grité.

- Ron por arriba, Hermione, tú ve por abajo y no la dejes descender, Malia ve por el medio, y yo la intentaré atrapar. Bien: ¡AHORA!

Nos lanzamos fugazmente a por la llave, nos esquivó y Harry logró atraparla con un ruido sordo contra la pared. Aterrizamos y salimos corriendo hacia la puerta, Harry metió la llave en el cerrojo y esta giró, funcionaba.

- ¿Listos? – preguntó, asentimos y abrió la puerta...

MALIA COLLINS Y BIENVENIDA A HOGWARTS ||Harry Potter Fanfic||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora