Capítulo 9
¿Hubiera sido mejor que el reloj tuviera manecillas en lugar de ese irritable parpadeo del segundero? Tae no lo sabía, ansiaba el instante en el que el brillante número rojo 56 cambiara a 00. La peor parte de trabajar en la biblioteca de un campus de tanto prestigio no era el silencio que el chico tanto repudiaba.
El muchacho se sintió estúpido aquel día que descubrió que un lugar tan lleno de jóvenes, sobre todo donde proliferaban omegas y alfas por encima de todo lo demás, se encontraría tanto tiempo en un silencio tan tenso que cuando la tapa de los libros se cerraba uno no podría evitar sobresaltarse un poco.
Era más que obvio, a Tae no le gustaba la soledad y estuvo muy feliz el día que Jimin aceptó ser su compañero de casa en lugar de terminar asignado en aquel sótano en casa de su abuela moribunda, el cielo lo libre si llegaba a terminar con un cadáver a mitad de la noche y tener que hacer una incómoda llamada para decir "Papá, La Tía Kim Jun está muerta".
Claro que ahora Jimin no había vuelto a casa anoche y esta mañana no lo encontró por ninguna parte. La ausencia de notas o mensajes en el teléfono sólo sirvieron para despertar su sentido de alarma y su imaginación tan desbocada se puso a trabajar siempre pensando en lo peor, y lo más molesto era que no podía evitarlo. "Porque es lo que sucede en las películas ¿no? Dos chicas lindas se pierden en el bosque, el asesino las encuentra, las tortura y las mata."
-Vaya, si trabajaras tan rápido como murmuras- Dijo Jisoo.
Lo había hecho de nuevo, era una de las desventajas de odiar el silencio, uno tiende a crear su propio ruido de fondo, sin darse cuenta.
La señorita Kim Ji Soo era la fantasía de muchos estudiantes y ella lo sabía a la perfección. Se la podía ver paseándose por los pasillos de la biblioteca, usando una falda sugestivamente corta pero aún aceptable para las reglas del campus, cargando con una pila de libros que no llevaba a ninguna parte o trepando las escaleras de madera que llegaban a los estantes más altos. Para desgracia de los alterados jóvenes pubertos, a Jisoo no le interesaban los chicos. Eran las chicas las que llamaban su atención mientras que los varones, sobre todo los betas, recibían un trato déspota y muy desagradable, Tae caía en ésta última categoría.
Si al chico le gustaran las mujeres, tal vez pensaría que era linda, pero cuando recuerdas que las mujeres Alfa pueden llegar a tener un miembro más prominente que los varones, el libido sexual de un chico que prefiere estar del "lado de los bateadores" se drena muy rápido.
-Discúlpame Jisoo, estoy cansado.
-Yo también estoy cansada Kim, cansada de tener que lidiar contigo haciendo tu trabajo siempre en el último minuto.
Con un roce suave de su largo cabello negro en su nuca, Jisoo le rodeó sentándose en el escritorio frente a él. Sugestivamente, cruzó las piernas. Tae pudo ver muy bien sus bragas transparentes un instante, contuvo una risa y las ganas de decir "Eso no funcionará conmigo".
-¿Ves la hora? Faltan tres minutos, y ese registro de devoluciones aún no está terminado.
-El mundo no se va a acabar si lo termino el Lunes.
Silencio. La terrible incertidumbre de una rabieta avecinándose cual nube negra, preñada de relámpagos y lluvia. En su lugar, sólo hubo un suspiro agotado. La chica se sobó las sienes.
-No estoy de humor Taehyung, has lo que se te pegue la gana- Concluyó después de un bufido. En la nube de su aliento, el muchacho pudo oler alcohol y cobre. Se comparaba al aliento de un perro que acaba de morder a alguien, un perro ebrio. Ese pensamiento le trajo una sonrisa y le aflojó más la lengua.

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Alfa Venus
Hayran KurguEn pleno final de semestre en la academia Jimin es un Alfa peculiar, las hormonas Omega parecen no tener efecto en él, no existe Beta que despierte su interés y vive sumido en una confusión malsana y desesperante. Por una mala decisión , Jimin es ob...