Capítulo 27
-¡Vamos que la orden se enfría!
Gritó de manera déspota la chica detrás del mostrador, instantes antes de que Steve tomara el fajo de pizzas con un rápido y jovial movimiento, diera un saludo coqueto a la mujer y saliera alegre por la puerta de la pizzería ADN.
Todo lo que pasaba a su alrededor; el drama entre alfas, betas, Omegas y todo lo demás, tenía a Steve sin cuidado. Tal vez debería sentirse desdichado por haber nacido beta, pero si era honesto consigo mismo, no era infeliz. Definitivamente su parte favorita del día era montar su scooter y conducir raudo por las solitarias calles de la ciudad con sus auriculares en las orejas y su larga cabellera negra ondeando al viento. En su imaginación, soñaba con ser un gran DJ, el viento serían los reflectores del estadio y el rugido del motor, el de la multitud enloquecida por la música. Ser extranjero no era fácil, sobre todo cuando se trataba de pagar las cuentas, pero mientras ese pensamiento cruzaba por la cabeza de Steve, aumentó el volumen de la música mientras las luces de la calle pasaban a su lado como estrellas fugaces.
Todo eso terminaría pronto, dos calles más adelante. Pero él no lo sabía.
Capítulo 28
Park Jimin se encontraba acostado en el sillón, había dormido pero ya no tenía sueño. La ducha le había sentado muy bien. Ahora solo se limitaba a mirar hacia la pared del estudio de Yoongi, repleto de libros de ciencia y anatomía. Entre todos había un estante curiosamente poco empolvado sobre poesía y baile. Una sonrisa apareció en su rostro al imaginarse a su amigo bailando. Se removió en el sillón y se puso de pie. En el reloj del escritorio se marcaban las 5:30am. Era ya domingo y probablemente Yoongi querría dormir más tiempo, de pronto una espina de culpa atravesó su pecho al recordar cómo le había llamado a mitad de la madrugada para pedir asilo en su hogar, bajo la ridícula excusa de que había tenido una pelea con el novio de su compañero de casa.
Jimin se dijo que no era del todo mentira porque sí había habido una pelea. Pero ahora se sentía peor, enfermo y con el estómago revuelto. Era irónico como había vivido con una gran mentira toda la vida y ahora se le hacía tan difícil mentir tres veces en un mismo día.Se detuvo sintiéndose intimidado por el muro de reconocimientos de la familia Min. Diplomas, doctorados, excelencias, típica familia Alfa. Una oda a la supremacía de la raza dominante en toda su expresión. Eso lo hizo sentir peor.
Se asomó por el exterior de la puerta del estudio como un animal asustado. Sin la luz del alba le fue difícil darse cuenta al inicio de lo espacioso de la casa de Yoongi; muebles de primera clase, molduras en las paredes de caracteres griegos y obras de arte moderno sobre la pared de la sala. A Jimin le parecieron horrendas o, en el mejor de los casos, hechas por un niño. Y más allá por el pasillo que daba a la sala, estaba la luz de la cocina. Eso fue suficiente para darle a Jimin una idea.
En días normales era Taehyung el que cocinaba en el departamento cuando los dos no eran demasiado perezosos como para ordenar comida a domicilio. Explorando ese pensamiento, Jimin cayó en la conclusión de que había una razón y era que su mejor amigo no era un buen cocinero. El chico se dispuso a ordenar los utensilios de cocina y los ingredientes de lo que, con algo de suerte, se convertirían en unos huevos estilo americano. Sintió culpa por su compañero de cuarto, pensó en la desagradable visita que había arrastrado a lo que podía llamar hogar, el único lugar donde no tenía que esconderse o actuar como si no hubiera un cáncer emocional devorándose sus entrañas cada que saliera al exterior.
"Chimmy, jamás cocines furioso, la comida sabrá a carbón" su madre solía decir.
Veinte minutos después, un plato de huevos estrellados se encontraba en la barra acompañado de un par de tiras de tocino que Jimin denominó "tostadas" a pesar de que en realidad se le habían pasado en el fuego.
Apenas dejó el plato de comida en la barra de mármol de la cocina, las escaleras de la gran casa retumbaron con el paso de Yoongi bajando, venía descalzo y con una playera con un extraño diseño de una camioneta en llamas. Se detuvo en el marco de la puerta mirando la escena.

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Alfa Venus
Hayran KurguEn pleno final de semestre en la academia Jimin es un Alfa peculiar, las hormonas Omega parecen no tener efecto en él, no existe Beta que despierte su interés y vive sumido en una confusión malsana y desesperante. Por una mala decisión , Jimin es ob...