《Cóseme por dentro》Stein [Soul Eater] /Vulpex/

5. Tenemos visita

Buru

Esa mañana me desperté en la cama.

Al haberme dormido en el sofá, deducí que Stein me había llevado hasta allí.

Había descansado bastante, y el cuerpo ya no me pesaba tanto.

Un olor irresistible a comida llenó mis fosas nasales y me llevó directa hacia la cocina, donde Stein estaba preparando el desayuno.

Me sonrió, y un rato después nos pusimos a desayunar en la enorme mesa de la biblioteca.

El sol entraba a raudales por el ventanal, y un buen humor se instauró en el lugar.

Todavía no sabía el porqué Stein me había traído hasta su casa, pero decidí retomar la conversación del día anterior después de atacar esas deliciosas tostadas.

El desayuno voló mientras charlabamos de cosas triviales.
Ayudé a Stein a recoger la mesa, y mientras él lavaba los platos volví a empezar a preguntar.

-¿Porqué decidiste traerme hasta aquí?

-No lo sé.

-Alguna razón tendrías.

-Te he dicho que no lo sé.

-Tuviste que acabar con el chaval, ¿Cómo demonios lo hiciste sólo?

-Con magia

-Deja de esquivar mis preguntas.

-Magia negra.

Se estaba riendo entre dientes. Que capullo. Aún con todas, logró contagiarme la risa.

Qué haces idiota, deja de reírte y céntrate. Pensé.

Me miró de reojo y volvió a centrar su vista en lavar los platos.
Entonces fue él el que tomó las riendas de la conversación.

-Escucha, estabas herida. ¿De veras crees que te hubiera dejado allí tirada en medio de la nada?
No sé cuales eran las intenciones de ese chaval, pero saltaba a la visita que no pretendía invitarte al té de las cinco.

Te diré una cosa, puede que no te conozca de nada, pero vi tu maldita forma de pelear y me quedó claro que ese chaval no era completamente humano. Nadie puede esquivar algo así tan rápido.

Que tu alma me llamara la atención no quiere decir que te haya recogido solo por eso. Estabas grave joder. -Su rostro se tornó serio.

Asentí despacio, dejando que continuara.

-Sé que no puedo retenerte aquí en contra de mi voluntad, no es eso lo que pretendo. Pero no había ningún hospital cerca, y quería ahorrarte algún tipo de disgusto.
Te aseguro que no me he aprovechado de ti porque estuvieras herida.
Puedes irte si quieres, pero no te recomedaría hacerlo en tu estado, tus heridas deben reposar.
No me importa que te quedes en mi casa mientras tanto, tengo conocimientos médicos, y tampoco me vendría mal algo de compañía.
Pero no te obligo a nada.
Lo comprenderé si declinas la oferta-

Tenía razón, no me convenía estar sola en esta situación. Sea quien fuere ese chico, probablemente no estuviera solo.
Y en mi estado no puedo pelear.

Además, no hay ningún hospital cerca de mi casa. Y aunque lo tuviera, sé perfectamente lo que sucedería, ya me había pasado otras veces.

Los trabajadores del hospital se niegan a atenderme al desconfiar de mi alma, y al no ir acompañada de ningún adulto.

Quieren ahorrarse problemas con los delincuentes de las calles bajas.

Por muy grave que esté nunca hacen nada al respecto, así que siempre tengo que acudir a la enfermería del Shibusen.
Pero estando en vacaciones, no puedo ir, así que creo que lo más conveniente sería quedarme.