Sé de alguien que sería capaz de explorar hasta lo más profundo de las entrañas de cualquier ser vivo.
¿Pero sería capaz de explorar una mente dispuesta a ser amada?
Este científico loco se verá en la situación de enfrentar su locura contra el amo...
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Stein
El sonido de las ruidosas teclas de mi ordenador retumbaba en mis oídos.
El reloj que permanecía colgado en la pared emitía un tic tac muy molesto y repetitivo. Eché un vistazo a la hora.
[04:48 am]
Maldecí por lo bajo, soltando un pesado suspiro.
El eco expandía cada mínimo ruido que hacía, llevándolo por todos los rincones de la casa. El ruido me ponía enfermo. Sentía que estaba gritando mi posición, invitando a que alguien viniese a por mí. Alguien, o algo.
Apenas recordaba lo que había sucedido hacía un par de días. Ya no estaba seguro de en qué momento tenía el control, o cuando estaba alucinando. No quería que eso me manipulase.
Aquella era la segunda noche desde que mi mente se había torcido bruscamente. Mis recuerdos iban y venían.
La primera noche, sentí una ausencia en la cama. Mi cordura era de todo menos estable, así que no pude percibir con claridad qué era lo que echaba en falta.
Lo que sí notaba era que todo estaba muy silencioso.
Esta noche, me vi en la necesidad de ponerme a trabajar para evadirme. Las pesadillas hacían que sintiese repudio hacia el simple pensamiento de dormir, así que me había desvelado.
Pero todo empeoró cuando las alucinaciones comenzaron de nuevo.
Sentía una ligera respiración rondando a mi alrededor. Escuchaba los pasos de unos pies descalzos provenientes del pasillo. Melodías siendo tarareadas y una extraña tranquilidad en el pecho.
Entonces pude escuchar claramente una voz femenina.
—Buenas noches, Stein.
Aquel susurro que pude escuchar a mis espaldas, como un recuerdo enterrado, trajo consigo una momentánea paz.
—Esa voz... ¿De quién es...? —
Cerré los ojos tratando de recordar. Desgraciadamente, ese bienestar duró poco. Escuché la misma voz, en el mismo lugar. Pero se iba distorsionado poco a poco.
—Ŧᵾ́ sɨ ꝗᵾɇ ɇɍɇs ᵽȺŧɇ́ŧɨȼø.
Una malintencionada risa inundó la habitación.
Hasta que la voz salió de mis propias cuerdas vocales.
—͕͗Ᵽ͕͕͗͗Ⱥ͕͕͗͗ŧ͕͕͗͗ɇ͕͕́͗͗ŧ͕͕͗͗ɨ͕͕͗͗ȼ͕͕͗͗ø͕͕͗͗.͕͗ .
Había vomitado una voz que no era la mía.
Ni siquiera traté de luchar por el control. Estaba totalmente rendido. Daba igual si me dejaba llevar o no, tarde o temprano me quedaría sin fuerza de voluntad.