《Cóseme por dentro》Stein [Soul Eater] /Vulpex/

10. SuperExamen Escrito

Stein

Estaba sentado frente a él y podía sentir su olor.

Podía sentir mis manos acariciando sus entrañas y examinando su interior.

Y cómo poco a poco se dejaría de retorcer hasta abandonar su cuerpo a mi completa disposición.

Podía notar el sabor a hierro de la sangre mezclándose con mi saliva.

Me estaba mordiendo la lengua tan fuerte para mantenerme lúcido que me estaba haciendo daño.

Mi cabeza empezó a dar vueltas, dejé de notar el suelo bajo mis pies, y me temblaban las manos.

Pensé que no podría controlarlas por mi mismo y que ellas harían algo que yo no quería.

Yo.

Pero no "eso".

-Stein, ambos sabemos que lo necesitas-

-Cállate, yo no necesito algo como eso-

-No solo lo necesitas. LO DESEAS-

Las manos me temblaban cada vez más mientras me aferraba a mi tornillo, agarrándome tan fuerte como si de ello dependiera mi vida.

-YO NO DESEO ESTO-

-NO TEMAS ADMITIRLO-

O más bien mi cordura.

-CÁLLATE-

-ADMÍTELO-

Mi vista se empezaba a nublar. Iba a volver a caer.

-¡NO LO DESEO!

En cuanto solté ese grito percibí que algo pegaba un brinco detrás de uno de los estantes de libros.

Mi cabeza dolía tanto que ni siquiera pude identificar que era.

Cerré los ojos, rezando para que cuando los abriese, esos sudores fríos hubieran desaparecido de mi espalda.

Aún con los ojos cerrados, noté que alguien cogía mi mano y con la otra me apartaba el pelo de la cara.

-Stein... estás temblando...- dijo susurrando como si temiese romper en exceso el silencio.

Pero no lo decía con miedo.

Su voz me relajaba.

Abrí un ojo, y pude ver con claridad.

Abrí los dos y me percaté de que "eso" había desaparecido.

Como si la presencia de Buru le intimidase.

El pajarillo seguía piando nervioso encima de la mesa.

Creo que le había asustado.

Miré a Buru a los ojos y suspiré de cansancio.
Y con ese suspiro se fueron todas las tensiones que recorrían mi cuerpo.

Buru me sonrío y comentó:

-Iré a hacer el desayuno.

Se alejaba de espaldas a mí, mientras caminaba hacia la puerta.
Me levanté de la silla y fui en su dirección movido por un impulso.

-Espera, ¡Buru!

Apoyé mi mano en su hombro, y cuando ella giró su cabeza en mi dirección, volví a mirarle a los ojos.