《Cóseme por dentro》Stein [Soul Eater] /Vulpex/

3. Olor a libro

Escuché la puerta de la habitación cerrarse, y volví a abrir los ojos.

Me había desmayado hace unas horas, y mi cuerpo estaba de nuevo exigiendo alimento.

Los pasos se alejaban por el pasillo.

Ya recordaba lo sucedido, había sido todo muy repentino. Aun así, no sabía si la persona que me había traído hasta aquí era el chico de los tentáculos o la persona de los ojos verdes. Tenía las heridas vendadas, así que no creo que fuera el pulpo, su intención era acabar conmigo, así que no tendría mucho sentido.

La persona que estaba en la casa parecía haberse alejado. Había retirado los tablones de madera que quité de la ventana, y había recogido el botiquín, a parte de volver a meterme en la cama.

Debía ser por la tarde. Miré por la ventana, en el patio daba la sombra, parecía haber un ambiente agradable.

Me levanté con cuidado para no volver a hacerme daño. Descalza, abrí la puerta un poco y me asomé para comprobar que la persona que estaba en la casa se había alejado. Empecé a recorrer los pasillos, hasta que me encontré una escalera que bajaba al primer piso. Agudizando el oído, traté de hacer el mínimo ruido posible. Sentía el frío suelo bajo mis pies, despertando mis sentidos.

Me topé con una puerta un poco más grande que las demás, y lentamente giré el picaporte. Por suerte, estaba abierta. La puerta daba lugar a una biblioteca con una gran mesa y una chimenea. Las estanterías en las paredes estaban llenas de libros, se me hacía la boca agua de solo mirarlos (Me encanta leer).

Paralela a la puerta de entrada, había otra puerta, pero ésta estaba hecha de unos paneles de cristal que iluminaban la estancia. A través del cristal se veía el patio, que también se podía observar desde la habitación en la que desperté. Me acerqué y pude comprobar que se veía la ventana de la habitación del segundo piso. Al lado de la chimenea había unos sillones con una mesa baja, parecía un lugar destinado a la lectura. A pesar de ser un sitio bastante grande, era muy acogedor. Me detuve a observar por la ventana como la brisa mecía las malas hierbas y los brotes secos de plantas. - Este jardín podría ser muy bonito si se replantaran unas flores y hiedras; el verde iría muy bien con el encanto de esta habitación. -

Sumida en mis pensamientos, me dio un vuelco el corazón y sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Me di la vuelta repentinamente, poniéndome en posición de alerta.

-Oh, lo siento... ¿Te he asustado?-

¿Cómo no me había dado cuenta de su presencia? Tenía que haber sentido su alma, o haberlo escuchado entrar en la habitación. Maldita sea... mis heridas me están haciendo vulnerable.

Su semblante era relajado, no parecía exaltado ni nervioso. No trasmitía malas intenciones.

Pero había algo que me preocupaba más.¡Tenía un maldito tornillo incrustado en la cabeza! ¿Cómo era eso técnicamente posible? ¿Se está poniendo de moda incrustarse cosas en el cuerpo? Entre el tipo de los tentáculos y este...