Capítulo 2

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—Bueno, ¿qué queréis que hagamos? —Preguntó Alicia nada más cerrar la puerta de su habitación.

—Yo propongo quedarnos aquí toda la tarde. Además, ¿dónde queréis ir si no para de nevar?

—Estoy de acuerdo con Vanessa, hace demasiado frío.

—Vale, ¿y qué hacemos?

—¡Ya sé! —Exclamó Emma entusiasmada—. ¿Qué os parece si espiamos a Julian? Tu hermano casi nunca cierra del todo la puerta.

—Estoy empezando a dudar sobre a quién venís a ver: a él o a mí.

—¡A tí! Aunque tienes que entender que también queramos ver a tu hermano. Es uno de los chicos más populares del instituto y, por si fuera poco, está buenísimo. Si antes de irnos el domingo consigo ver a tu hermano en ropa interior, podré morir en paz —comentó Caroline.

—De acuerdo... Pero dudo mucho que lo veamos así. No le gusta pasearse con poca ropa por casa. Siempre lleva un pantalón y una sudadera, aunque algunas veces en verano va sin camiseta.

—¡Bien! —Gritaron las tres chicas, felices.

Salieron de puntillas de la habitación para que nadie, especialmente Julian, pudiera oirlas. Al comprobar que, efectivamente, la puerta no estaba cerrada del todo, asomaron las cabezas para observar el panorama. No había nadie en la habitación. La mochila estaba encima de la cama y el portátil, encendido.

Al rato, del baño del dormitorio salió Julian. Se había quitado la ropa con la que había ido al instituto. Ahora llevaba puesto un pantalón deportivo gris claro y una sudadera blanca con el logotipo de Adidas en negro. En los pies calzaba unos calcetines tobilleros negros. Miró su móvil y lo dejó encima de una de las mesillas. Después caminó hacia su escritorio donde se encontraba el portátil.

—Buenas tardes, mejor novia del universo—dijo nada más sentarse en su silla.

—Buenas tardes, amor.

—¿Qué tal tu día?

—Mejor de lo esperado, gracias. ¿Y tú?

—Bien, he sobrevivido a los dos exámenes que tenía hoy. Estoy contento con ellos —añadió orgulloso.

—Me alegro, ¿y Alicia?

—Bueno... hace lo que puede. Aprueba, pero estudia lo justo. Se pasa el día pensando en chicos. De hecho, creo que tiene novio. La veo mucho con un chico de un curso mayor que ella llamado Dustin.

—Es algo normal. Tiene catorce años, en dos meses cumplirá los quince. Tú no la presiones, si te quiere decir algo sobre el tema, te lo dirá. Pero si no quiere hablar, tampoco la obligues.

—Ya, aunque...

En ese momento, el chico deja de hablar porque escucha un ruido en la puerta de su habitación. Se levanta sin decirle nada a su novia y sale fuera. Cuando cruza la puerta de su cuarto se encuentra con su hermana y sus amigas. El chico fulmina con la mirada a Alicia, la coge del brazo y la lleva a la cocina. Una vez allí, empiezan a conversar.

—¿Se puede saber qué hacíais allí? —Pregunta Julian, enfadado.

—Verás... nos aburríamos y Emma propuso ir a tu cuarto a espiarte. Las demás apoyaron la propuesta y no tuve más remedio que ceder. Lo siento.

—Alicia, mira, entiendo que tus amigas te propusieran eso, pero sabes que no me gusta que me espíen, así que, por favor, idos a tu cuarto —dijo el chico más calmado.

Simplemente perfecta [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora