Capítulo 9

5 0 0
                                    

             —Julian, Julian, Julian —decía la chica tocando constantemente a su hermano en el hombro.

—¿Qué quieres ahora, Alicia?

—Emma dice que te quiere.

—¡Eso es mentira! —Exclamó la mencionada, poniéndose de pie—. Julian, tú me crees, ¿verdad?

—Sí.

—¿Ves? Tu hermano es mejor que tú.

—Imposible. Oye, ¿estás ligando con mi hermano? —Preguntó Alicia levantando una ceja—. Porque tiene novia.

—Ya lo sé, tonta. Me lo dices todos los días.

—Lo sé. Julian, ¿has hablado hoy con Arancha?

—Todavía no. ¿Por?

—Por saberlo —contestó la chica levantándose—. Hoy tienes la fiesta en casa de Richard, ¿no?

—Sí, a las nueve y media, pero iré poco tiempo. Quiero hablar con Arancha antes de irme a dormir.

—¡Pero qué monos sois! Realmente hacéis buena pareja.

—Gracias, pero sé que eso sólo lo dices para hacerme la pelota —dijo el chico sacándole la lengua a su hermana mientras subía las escaleras.

Cuando entró en su habitación, se tumbó en la cama y miró al techo. Todavía no ha hablado con su novia en lo que lleva de día. Coge el móvil y decide escribirle algo:

Buenos días, princesa. ¿Sabes? Hoy he soñado contigo, aunque en el sueño no me querías y me decías cosas muy feas. Pero sé que en la vida real eso no es verdad, porque tú me quieres mucho. ¿Tú has soñado conmigo? Que tengas un buen día. Te quiero más de lo que te imaginas.

Ahora sólo le queda esperar a que su novia le responda. Rápidamente, se levanta de la cama. Debe organizar su tiempo esa mañana de sábado: tiene que estudiar cuatro asignaturas, limpiar su cuarto, sacar a Aksu y también le gustaría visitar a su tía.

Decide no perder el tiempo y empezar a limpiar la habitación. Pone What lovers do de Maroon 5 y SZA y comienza a hacer la cama. Cuando termina, baja a por el limpia muebles, el limpia cristales, dos trapos, el cepillo y el cogedor. En poco menos de tres cuartos de hora ha terminado de limpiar. Lo recoge todo y se dispone a estudiar.

Se sienta en el escritorio y consulta la hora en su móvil. Son las diez y media pasadas. Realmente no tiene nada de ganas de estudiar, pero si llega el día de las notas en febrero con una asignatura suspensa, sus padres le castigarán de por vida, ya que sólo ha suspendido dos exámenes en lo que lleva de vida académica.

Abre la carpeta y decide empezar con matemáticas, la asignatura favorita de su novia. Cuando fue en mayo a España también tenía que estudiar esa materia y recuerda que Arancha se sentó a su lado e intentó entender algo de lo que ponía en sus apuntes. No lo consiguió, principalmente porque estaban en un inglés demasiado avanzado para ella.

Abrió el libro, cogió unos folios y bolígrafos y escribió en el principio del folio: Tema 7 - Vectores.


—Dicho esto, ¡aquí finaliza la mejor exposición del mundo sobre Madrid!

—Y... no olvidéis comentar a vuestros familiares lo de los circuitos guiados. ¡Por ser vosotros os haremos un descuento!

Nada más terminar, las dos chicas se dejaron caer sobre la cama de Alejandra. La presentación les ha salido mejor de lo que esperaban y están bastante satisfechas con el resultado. Miran al techo, serias, hasta que Arancha rompe el silencio.

Simplemente perfecta [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora