Graduación y emoción

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Como era de esperar, no pegue el ojo en toda la noche. Vomité la cena unas tres veces y me fui a la cama antes de que mamá llegara. Los chicos se fueron a acostar conmigo pero les dije que tenía un serio caso de pedos, por lo que se fueron corriendo a sus habitaciones.

Pase la maldita noche dándole vueltas al asunto, pero no pude acertar nada correctamente.

Me había dejado, cuando mi único apoyo sentimental había sido el. Se había ido cuando era con la única persona con la que podía ser libre y quejarme de lo absurdo que era esto del tema de la vida. Me dejo por pura cobardía y ahora viene a decirme que tenía miedo de estar conmigo.

¿Es que acaso era un monstruo?

No. El monstruo es el.

Pero recordarlo diciendo esas palabras dolía, como duele la primera vez que te rompen el corazón. Era asqueroso que me sintiera así y más asqueroso era que él día de mañana iba a tener que verlo todo el día, sentado con su estúpida toga viéndose reluciente mientras yo iba ahí por la vida pareciendo un cerdo.

Cuando deje a Eithan ahí de pie, con las manos hechas un puño este se rehuso a irse.

-       Tienes que darme una oportunidad. – había dicho.

-       Creo que te he dado suficiente de mi. No te puedes simplemente ir cuando quieras y dejarme a mi en el olvido.

Entonces fue ahí donde salío por la ventana haciendo movimientos que yo en mi vida iba a lograr hacer y se fue. De nuevo se fue.

Sé que le dije que se fuera pero, ¡Por Dios! ¡Soy una chica! Amo que me rueguen.

Pero ya no lo valía seguir luchándomelas por él. Me concentré en el mañana, que sería mi llave al futuro.

La mañana llego demasiado rápido, Pueden imaginarse la sorpresa de ver a mis padres con miles de globos en mi habitación y besos y abrazos por llegar a graduarme. Estaban más felices que yo.

Yo en realidad esta aliviada de que por fin se había acabado.

-       Todo empieza a las diez cariño – dijo mi madre – Mueve ese gordo culo tuyo y ve a ducharte y ponerte guapa.

-       Estoy embarazada, mamá. Estoy guapa a todas horas del día.

Me metí a la ducha con un plan de quedarme ahí hasta que faltara una hora para irnos.

Pero mamá solo me dejo adentro seis.

-       Colgué el vestido en el armario para que no se ensuciara.

Abrí el armario y me coloqué el vestido. Se veía igual de hermoso que en la tienda. La decoración dorada en mi hombro izquierdo se veía genial.

Obté por hacerme una trenza en la cabeza tipo corona, para terminar con el look al estilo griego. Estaba emocionada y a la vez nerviosa, por el hecho de subir frente a muchas personas y vomitar.

No podía comer nada, sino todo iría a parar a las cabezas de mis compañeros.

-       ¿Nerviosa? – pregunto mamá

-       Nerviosísima.

-       Te vez hermosa cariño. Me alegra tanto que puedas graduarte.

-       A mi también me alegra.

-       Ya sabes que siempre voy a estar orgullosa.

-       Y yo también – dijo mi padre entrando a la habitación.

-       Quiero disculparme – dije yo – por todo lo que han tenido que pasar por los trogloditas. Prometo irme rápido y llamar una vez al año.

Terriblemente embarazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora