Un pasado congelado

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Narra Andrew
Ha pasado solo una noche des de que Eiko esta en el hospital, es horrible no poder notar su calor al dormir... Es curioso tenerle tanto aprecio en solo unos meses cuando en años solo la despreciaba, y claro, ella también me despreciaba en ese entonces.
Pasaban los días lentamente, cada día no me olvidaba de coger el autobús e ir allí a verle.
-- Buenos días, Sabrina.
-- Buenos días, Andrew, de visita, verdad?
-- Si! Como siempre.
-- Que es eso que escondes? - Se movió para ver que tenía detrás de mi.
-- Na- Nada.
-- Vamos... Dímelo!
-- Es... un ramo de rosas... para Eiko...
-- Que tierno, estoy segura de que le gustará. Ya sabes donde es, buena suerte.
-- Gracias.
Sabrina era amiga de mi madre, estaba muy al corriente de lo de Eiko y lo mio, era de confianza.
-- Buenos días Andrew.
-- Buenos días doctor.
-- Supongo que querrás saber el diagnóstico de Eiko.
-- Si, si no es molestia.
-- Antes que nada, y sus padres?
-- Estaban de viaje y regresaban en unos días pero les pilló una ventisca y les fue imposible venir aqui, así que se atrasará.
-- Entiendo, espero que vengan a visitarle, ella está bien y quiero que se sientan tranquilos. Eiko no está grave, tiene lesiones leves y bueno, tiene una pequeña fisura en el brazo derecho y le he puesto una venda, su corazón está bien y descansa, come y responde bien. No hay trauma en la cabeza, así que no hay problema.
-- Muchas gracias.
-- Bueno, ya puedes pasar a ver a tu novia.
-- N- No es mi novia... Es solo una amiga...
-- Jajaja igualmente, suerte.
Pasé a la habitación, estaba en la cama mirando la ventana.
-- Hola, como estas? - Me senté en la silla.
-- Bien, dentro de unos días me darán el alta y volveré a casa.
-- Genial, como va el brazo?
-- Bien, me duele un poco pero es solo una fisura.
-- Des de que te paso lo del camión, tengo pesadillas de ese día...
-- Oh pobre... Bueno, ya volveremos a estar juntos en casa. - Sonrió.
-- Si...
-- Eiko!
-- Alan? Que haces aquí? - Preguntó ella.
-- He venido a visitarte, estas bien?
-- Si.
-- Uff menos mal... Creí que te perdería.
-- Lo siento mucho pero ella aún tiene mareos, necesito que alguien salga de la habitación y espere.- Dijo una de las enfermeras.
-- Ya salgo yo. - Dije.

Narra Alan
-- Eiko, te gustaría salir conmigo?
-- Lo siento, no... Todavía no... Ha pasado medio año des de que lo dejamos y no... No se que... Hacer...
-- Es por Andrew, cierto?
-- Si... Él es importante para mi, igual que tu y es alguien al que quise mucho tiempo, ya lo sabes.
-- Si si y lo entiendo.
-- Hacemos borrón y cuenta nueva?
-- Si, encantada de verte de nuevo Alan.
-- Déjame besarte por última vez... - Pedi.
Ella se quedó callada mirandome.

Nos separamos y ella me miró con una mirada vacía y agachó la cabeza

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Nos separamos y ella me miró con una mirada vacía y agachó la cabeza.
-- Lo siento, pero noto como si ya no pudiera recuperar el pasado que tuvimos.
-- No... Pero siempre podemos crear uno nuevo - Sonrió.
-- Me alegra saber que no me odias.
-- En su momento te odie pero ya creo que no te tengo resentimiento.
Sonreí.
-- Bueno, me voy, te esperaré en casa.
-- Espera! Que ha pasado con Natalia?
-- Ah si, supongo que Andrew no te lo ha dicho; ella se ha ido a vivir a Suiza, sus padres se han ido allí a trabajar en la empresa, en teoría no tendría que volver a pisar este suelo.
-- Entiendo... Espero que no vuelva...
-- Tranquila, ella ya ha cumplido con su propósito, hacerte daño y bueno, tenía la intención de matarte antes de irse pero le ha salido mal, estas sana y salva.
-- Si!
-- Bueno, adiós nos veremos en unos días.

Narra Andrew
En cuanto Alan salió yo entré.
-- Bueno, que tal con Alan?
-- Borrón y cuenta nueva.
-- Bien, esto... Toma. - Le enseñe el ramo de rosas.
-- Son preciosas, gracias. - Lo cogió y lo puso en un jarrón que tenía en su mesita.
-- Jovencita tiene un novio muy atento por usted. - Dijo la compañera de habitación.
-- No es mi novio, señorita Spink .
-- Oh lo siento, creía que lo era, un familiar quizás o un amigo?
-- Un amigo pero lo considero como mi hermano mayor.
-- Que lindos, bueno os dejo, me toca visita con el traumatologo.
-- Que se recupere! - Dije.
-- Muchas gracias, igualmente. - Y se fue.

-- Todos lo dicen - Dije.
-- El que? - Preguntó.
-- De que somos novios.
-- Supongo que lo parecemos. - Dijo.
-- Si... Bueno, tengo que irme dentro de poco.
-- Espera! Esto... Ten! - Me dio una caja.
-- Y esto?
-- Son unas galletas que hice cuando me dejaron cocinar en la cocina de aquí. Espero que te gusten, quería dártelas antes pero no tuve oportunidad.
Abrí la caja, eran unas galletas con forma de estrella y circulares, eran de muchos colores.
-- Que detalle, me encanta.
-- De verdad?
-- Si. - Me acerqué para besarle pero alguien nos interrumpió.
-- Ejem ejem - Dijo el doctor. - Deberías dejar eso para cuando salga de aquí, no crees?
-- Lo siento...
-- Jajajaja no pasa nada, estoy de broma. Venía a preguntarte como vas, Eiko.
-- Estoy bien, gracias.
-- Ahora vuelvo con tu comida, Andrew el horario de visita se cierra hasta mañana, ya lo sabes, no te tardes en irte. - y se fue de nuevo.
-- Bueno... Yo ya me voy, mañana te volveré a visitar.
-- Claro. Adiós.
Le di un beso en la mejilla y me fui.

Después de unos días

Hoy le daban el alta a Eiko, estaba muy contento y le pediría salir una vez más, lo sé, Alan también quería ser su novio pero yo quería recuperarle... Era la primera vez que me sentía tan cómodo con ella y también por primera vez me sentí protector con alguien.
-- Hola, Eiko. Bienvenida a casa.
-- Si! Me alegra poder abrazarte! - Me abrazó de un salto y nos caímos.
-- Será mejor que no hagas cosas como esas de momento, aún estás recuperándote. - Dije.
-- Tonto! hermanito, estoy completamente bien, los médicos lo han dicho.
-- Vaaale pero aún anda con cuidado.
-- Si si como tu digas... - Puso un puchero.
-- Quiero pedirte que salgas conmigo, por favor acepta... Quiero confesarte, a parte de que me gustas muchísimo, que he estado enamorado por ti también durante años pero siempre lo negaba... No me parecías atractivas y te despreciaba pero como tu también me despreciabas al hacerlo... Pues nunca lo intenté contigo, tampoco lo quería aceptar por parecer idiota embobado mirándote... - Al decir todo eso agaché la cabeza para que no viera mi sonrojo.
-- Andrew... Yo... También te quiero... Pero... Estoy demasiado indecisa... Y no quiero hacerte daño... - Se tapó la cara con las manos.
-- Se que estas indecisa... Y lo siento si te presiono...
-- Es mi culpa ser así... Lo siento...
-- No, tranquila, bueno creo que es hora de que nos vayamos a cenar.
-- Que te apetece cenar?
-- No hace falta, ya está todo listo, vamos al patio.
Le cogí de la mano y la llevé hacia el patio, lo tenía todo listo; la mesa con la comida y unas velas.
-- Que lindo~ - y me abrazó.
-- Me alegra que te guste.
Durante la cena le estuve explicando mis sentimientos hacia ella y ella en algún momento intervenía para decirme alguna cosa suya o por que también sentía lo mismo.
-- Gracias por todo, he podido conocerte mejor. - Me agradeció ella.
-- Y yo gracias a ti, estoy más seguro de mi mismo y puedo aceptar mis sentimientos.
-- Bueno, nos vamos a dormir? Estoy cansada.
-- Claro que si, princesa.
Dormimos juntos y yo me apegué mucho a ella porque pensaba que se desvaneceria de mi lado en algún momento.

-- Buenas noches, no te separes de mi

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-- Buenas noches, no te separes de mi. - Dije.
-- No lo haré. - Dijo.
-- De verdad?
-- Si, te lo prometo, estaré contigo siempre.
-- Igualmente, nunca lo haré.

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