Recuerdos olvidados

113 5 0
                                    

Narra Alan
Estos días han sido muy duros para mi, Natalia me explica como solía ser y quien es cada persona que vemos, pero hay alguien que siempre aparece en mía sueños... Quizá alguien importante que olvidé? Quizá Natalia lo sabía.
-- Oye, Natalia.
-- Dime amor.
-- Estás segura de que estábamos saliendo juntos? No me da esa sensación, nunca pensé que acabaría siendo el novio de una amiga de la infancia con la que no tengo muchas cosas en común, sabes por donde voy?
-- Claro, tu me lo pediste y yo acepté, no pregunté por las razones de tu petición.
-- Entiendo... Hace unos días sueño y se me aparece la sombra de una chica, sabes quien podría ser?
Cuando dijo eso se quedó estática por unos segundos sin decir nada:
-- Mmm no. - Contestó.
-- Segura?
-- Si! Acaso dudas de mi?
-- No, no es eso, es solo que estoy muy confundido con todo esto.  Creo que daré una vuelta a tomar aire y pensar, no debe ser bueno para mi mente estar aquí encerrado.
-- Vale, pero no hagas ninguna locura, tienes que recuperarte.
-- Si, tranquila, volveré en un rato.

Quería estar solo y pensar en mi pasado. Al salir me topé con mis vecinos, el chico rodeó a la chica con el brazo por el hombro, sin evitarlo dije:
-- Eh, tú! Que crees haces?
-- Eh? Y a ti que te pasa? - Dijo éste.
-- Lo-lo siento, ha sido instantáneo, no se porque he dicho eso. Perdón.
-- No, tranquilo, lo entendemos.
-- En serio? Nos conocíamos de antes? - Pregunté.
-- Si, a ella ya la conocías de unos meses atrás pero de mi no sabes gran cosa, soy un amigo suyo, Andrew.
-- Como te llamas? - Le pregunté a la chica.
-- Eiko.
-- Yo me llamo- - Dije.
-- Alan, nos conocimos hace unos meses en la biblioteca, supongo que no te acordarás de nada. - Dijo Eiko.
-- No, lo siento... - Me disculpé.
-- No pasa nada. - Dijo ella.
-- Os importaría si pudierais contestarme algunas preguntas? - Pedí.
-- Mmm no - dijeron ambos.
-- Solo será un momento. Necesito saber la verdad, Natalia es en realidad mi novia?
-- No, Alan, ella te ha engañado. - Dijo Andrew. - Esa chica no es de fiar, miente más que habla.
-- En serio? Entonces, quien es mi verdadera  novia? Tengo que hablar con ella en seguida!- Dije un poco histérico.
-- Relájate, tio! Esta aquí presente! - Dijo y luego miró a Eiko.
-- Tu... Eres... Mi novia? - Le pregunté y me acerqué a ella.
-- Si... - Dijo al borde de llorar.
-- Por que no me dijiste nada? - Acerqué mis manos hacia sus hombros.
-- Quería y quiero que recuperes la memoria por ti mismo... - Se apartó de mi - Lo siento, tengo prisa. - Y se fue andando rapido.
-- Oye…! Espera! Vuelve! Necesito respuestas! - Empecé a seguirle.
-- Déjale, lo está pasando mal. Necesita espacio para pensar. - Me paró.
-- Prometeme que la cuidaras mientras yo no pueda.
-- Eso ya lo hago des de hace días y te lo advierto, si le haces daño de nuevo al recordarle no te lo perdonaré.
-- Seré consciente de ello.
-- Buena suerte chaval. - Y también se fue.

Ahora tenía más dudas por resolver, al final opté por hablar con mi hermano, sabía  que él me contaría lo ocurrido.
-- Fred, estas ocupado?
-- No, para nada, que quieres hermanito?
-- Quería que me respondieras a unas preguntas.
-- Ya imaginé que en algún momento lo harías. Dime.
-- Me he encontrado con los vecinos de al lado, me han dicho que Natalia no es mi novia y que la chica que se llama Eiko es mi verdadera novia.
-- No se equivocan. Es cierto, Eiko es tu novia.
-- Si la he olvidado, que debería hacer?
-- Eso no puedo decirtelo, es decisión tuya.
-- Y que hago con Natalia?
-- Tienes que decirle la verdad.
-- Hablaré con ella. Y por último, me contarias todo lo que han pasado estos meses?
-- Claro, siéntate y presta atención - Me dijo.

Después de la charla con él, le dije a Natalia que quería dejar nuestra relación, se puso como una fiera, salió de casa y empezó a gritarle y a echarle la culpa a Eiko a gritos en la calle, ésta salió al balcón por los gritos y me dijo algo que no me esperaba.
-- Alan! Te dejo! Hasta que no lo sepas todo, dejemos de ser novios. - Dijo, pude notar su tristeza en sus palabras. - Será lo mejor para nosotros dos.
-- No me rendiré, recordaré todo y te prometo que volveré a ser el mismo o incluso el mejor de lo que fui una vez! - Le contesté.
-- Como quieras! - Me dijo y luego entró a casa.

Sonreí, en verdad no me extrañaba de que me enamorara de ella, era encantadora.
-- Yo soy tu novia! - Gritó Natalia.
-- Ya no! Que no entiendes con: "Te dejo" ? no te quiero ver cerca de mi! Vete a la mierda y déjame! No quiero saber nada de ti.
-- Esto no acabará de este modo, volveré a por vosotros dos! - Me gritó. 
-- Adiós! - Y me fui a mi casa.

Me acosté en mi cama y cerré los ojos. Pude ver en mi sueño a una chica sonreír, pude ver que estábamos juntos, cogidos de la mano y... basándonos, quien era ella? Sería Eiko? Sería capaz de volver con Eiko?

Me pase los días consecutivos encerrado en mi cuarto, quería saber la identidad de esa misteriosa chica. Solía salir al balcón a respirar aire fresco, muchas veces veía a Eiko y eso cada vez me hacía recapacitar más.

Lo único que quería saber era la verdad y conocer mi pasado.

Narra Eiko
Me preocupaba Alan, no salía de casa. Pero ya no tenía que importarme, en ese momento no eramos nada, solo unos vecinos desconocidos. Si ya no eramos novios... Que podría que hacer yo?

-- Eiko! Eiko! EIKO!
-- Que pasa?! Andrew?
-- Se te va a quemar la comida.
-- Oh no! - Apagué el fuego. - Se ha quedado por completo...
-- Que lástima... Y si vamos a algún restaurante? Es la excusa perfecta para salir.
-- De acuerdo.
-- Vamos! Si no vamos pronto no habrá sitio! - Me cogió de la mano y me tiro hacia fuera.
-- Espera, tengo que coger mi bolso!
-- No importa, yo pago.
-- No! Paguemos a medias!
-- No, no, no. Pago yo, como buen caballero que soy.
-- Vaale, pero sólo está vez. - Le miré un poco molesta, no me gustaba que pagaran por mi pero le dije a Andrew que hiciera lo que quisiera.
-- Que bien! Vamos!

Fuimos a una pizzeria, estuvo bien la cena, no paramos de reír y no me soltó de la mano.

Me sentía miserable por darle esperanzas a Andrew, sabía que le interesaba... Pero en ese momento era lo mejor que podría tener, Alan no me recordaba... Seguía queriédole igual des de que nos conocimos... El problema sería que a Andrew se le ocurriera pedirme salir, tendría que decirle que no... Pero des de entonces volvía a sentir algo por él...  Malditos sentimientos enterrados del pasado... Todo eso era demasiado confuso...

-- Te pasa algo? Estas muy distraída últimamente - Me preguntó.
-- No, solo estaba pensando en lo que me espera... No se que puedo hacer...
-- Eiko... - Me dijo y se acercó a mi rostro.
-- No! - Le aparté de mi. - No...  - Susurré - Me confundes demasiado, sentí muchas cosas por ti durante años, ahora que? Ahora si te da la gana de hablarme, después de años ignorandonos y... Ahora haces cosas que nunca pensé que serias capaz: vivimos prácticamente juntos, nos reímos, me coges de la mano e intentas besarme..? Ya ni te reconozco... Que te ha pasado? No quiero hacerte daño, ni a ti ni a Alan... Ambos sois muy importantes para mi...
-- Lo entiendo... Lo siento... Me estoy aprovechando de tu vulnerabilidad... Soy un tonto, perdóname...
-- Tranquilo... La pérdida de la memoria de Alan me está afectando mucho... - Apoyé mi cabeza en su pecho.
-- Lo entiendo... Y yo tampoco te quiero hacer daño... - Puso su barbilla en mi cabeza.

Al volver a casa Andrew me besó la frente y me dijo:
-- Ahora vuelvo.
-- Eh?
-- Me quedaré esta noche en tu cuarto, tu sabes, por las pesadillas.
-- Vale. - Sonreí.
Él me devolvió la sonrisa.

Me encontré con una nota en mi escritorio.

" Mañana a la noche espérame en tu terraza, a las doce en punto.
          
                                                          Alan."

Que quería decir con eso? Quería hablar de algo, supongo, mañana a la noche lo averiguaria.
-- Pasa algo?
-- N-no, nada.
-- Segura?
-- Si. - Contesté. - Oye.
-- Dime.
-- Por que quieres dormir conmigo? Hace días que no tengo pesadillas...
-- Porque eres alguien a quien quiero proteger a toda costa, incluso protegerte de tu propia mente... Eres muy importante para mi... 
-- Entiendo...
-- Te molesta?
-- No, en verdad me siento segura. Eres como un hermano mayor para mi.
-- Y yo estoy encantado de serlo para ti. - Sonrió.
-- Gracias. - Sonreí.
-- Anda, duerme, es tarde...
-- Siii...
-- Te quiero...

Al oír eso solo me quedé callada y cerré los ojos.

Quería que todo eso fuera un sueño, un sueño del cual quería despertar.
   

Sentimientos EncontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora