Noche de gatos.

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Estaba demasiado perezosa como para salir a dar una vuelta. Silencié el teléfono y me estiré en la cama, mirando por la ventana la lluvia chocar contra el cristal, me encantaban las tardes así: lluvia, olor a humedad al aclarar, sentir el frio sobre la piel, tomar un café caliente, estar tapada con una sudadera, mirar una película, leer un buen libro, acurrucarme en el sofá... Era lo que más me gustaba hacer en mis tardes libres. Picaron a la puerta pero no abrí, no tenía ganas de hablar con un desconocido o con un publicista, quería un rato para mi.

El teléfono fijo sonó, en la pantalla aparecía el nombre de Alan:

- Llamada -

-- Hola, Eiko. Podrías abrirme la puerta?
-- ¿Por que?
-- Quiero verte, hace días que ni nos hablamos ni nos vemos. Estoy empezando a preocuparme.
-- No es nada, solo quería estar sola.
-- ¿Quieres venirte a mi casa? estoy solo y me aburro con el bicho.
Con "bicho" se refería a su gato, era un gato negro muy juguetón.
-- Vale~ me cambio de ropa y voy para allá.
-- Prepararé café. ¿Te apetece?
-- Me parece bien. Me llevaré al gato, esta todo día estirado en el suelo sin hacer nada.
-- Vale, mientras no espachurre al mio, no hay problema. - Soltó una risa.
-- Tranquilo, no pasará nada. - Me rio.
-- Bueno, nos vemos en unos minutos.
-- Sii.

-Fin de la llamada-

Salí de casa y piqué al timbre, le vi con ropa cómoda con el gato, se llamaba Rise. Al verlo lo comparé con el mio y era más grande con diferencia, el mio se llamaba Shine.
-- Aix, tenía ganas de abrazarte ya, han pasado días. - Me abrazó y me dio un beso en la frente.
-- La verdad es que tenía ganas de abrazar a alguien... - Correspondi a su cálido abrazo.
-- Haberme llamado o avisado, tonta.

Me acurruqué en su pecho, me sentía tan cómoda con él... Podría quedarme así horas.
-- ¿Por que no mejor vamos a mi cuarto? - Me sugirió.
-- Como quieras.
Subimos las escaleras y nos sentamos en su cama, todavía acurrucados el uno del otro.
-- ¿Vemos una película o algo?
-- ¿Que película tenías pensada?
-- Pesadilla antes de Navidad, que sé que es tu favorita.
-- Oh, de acuerdo.
Estuvimos viendo la película acurrucados debajo de la manta con una taza de café entre nuestras manos y alguna pasta cocinada que hice a la mañana, que traje de mi casa. Me encantaba.
Los gatos se sentaron a nuestro lado y se quedaron plácidamente dormidos.

Era un momento que nunca me gustaría que acabara, necesitaba estar con él, sabía que él podría hacerme sentir mejor

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Era un momento que nunca me gustaría que acabara, necesitaba estar con él, sabía que él podría hacerme sentir mejor...
-- Eiko - Dijo.
-- Dime - Le miré y me besó.
Cerré los ojos lentamente hasta relajarme y disfrutarlo. Nos quedamos un rato fundidos en ese beso, ese beso donde nuestros labios chocaban y podía sentir como el tiempo se paraba. Nos separamos lentamente, aún con los labios a centímetros de distancia, con la respiración acelerada, mirándonos a los ojos y enviándonos mensajes con la mirada, deseando más.
-- Eiko, quieres pasar aquí la noche?
-- Mmm... - Empecé a quedarme dormida en su hombro.
-- Eiko? - Me mira y se queda callado. - Será mejor que te acomodes. -
Me estiró en su cama y me tapó con la manta, se puso a mi lado y apagó la luz. -Buenas noches angel, dulces sueños.
-- Buenas noches bobo... - Murmuré.

Me acarició la cabeza y la besó, por que tenía que ser tan tierno?

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