El reencuentro

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Ya faltaba poco para que llegara el viernes, estaba muy contenta.
De pronto llamaron a la puerta, eran los nuevos vecinos, los saludé y ellos me saludaron con una sonrisa en boca. Estuvieron hablando sobre su hijo con mis padres, al parecer mi vecino tenía gustos similares, me agradó la idea.
Subí a mi habitación y recibí unos mensajes de un "amigo", no me caía muy bien después de dejarme de hablar sin razón, así que decidí ignorarle. Mis amigas me invitaron el viernes a salir pero no acepté, ese día estaría de vuelta Alan y no quería a nadie por medio, si, me gustaba un poco Alan y no quería decírselo por miedo a perder su amistad.

- El viernes -
Eran las 4 de la tarde, estaba impaciente.
-- Mamá, hasta que hora puedo estar fuera?
-- Hasta las 8 como siempre - dijo mi padre.
-- Vaaale. -Subí rápidamente las escaleras - Vale, en 1h tengo que estar allí.
Después de 10 minutos decidí que ropa ponerme, decidí por mi camiseta favorita, unos pantalones cortos con unas medias de rejilla, un bolso negro de cuero y un gorro de lana (que Alan me regalo antes de irse). Me duché, me sequé el cabello, me maquillé y me vestí.
Salí hacia la salida del metro y me encontré con mis amigas: Anna, Julia, Karen, su novio Eric y mi "amigo" Javier, no me molestó verles.
-- Hola - me dijeron mis amigas - ¿Qué haces aquí? ¿ Esperas a alguien?
-- Si, viene un amigo de unas vacaciones y quería quedar conmigo.
-- Uhhh! - Me dijeron entre risas.
-- Ja ja que gracia - dije con un tono sarcástico.
-- Hola - me dijo Javier.
-- Hola - Le respondí de una manera seca y un poco cortante.
De pronto alguien me abrazo por detrás y me susurra al oído:
-- Hola Ángel, cuanto tiempo.
Me gire y vi a mi encantador amigo, se formó una enorme sonrisa nada más verle.
-- Alan! - Pasé los brazos por su cuello y le abracé - No me acordaba lo alto que eras - solté unas risitas entre mis dientes.
-- Y yo no me acordaba lo bajita que eras. - Me beso en la frente y no pude evitar sonrojarme ante aquel acto.
-- Que tonto eres.
-- No más que tú.
Mis amigas se quedaron de piedra.
-- Eiko, sois novios?
-- Noo, es amigo de la biblioteca. - Me gire rápidamente para clavar la mirada a ellas.
-- Aah vale - me dijeron.
-- Oye Eiko - me dijo Alan.
-- Dime.
-- Tengo una buena noticia para ti.
-- Enserio?! Cuenta.
--Los nuevos vecinos somos nosotros.
-- No me lo creo. Es estupendo! - Salté de alegría en sus brazos y me cogió al vuelo.
-- Bueno, empezamos nuestra cita? - Cuando dijo eso me quede parada.
-- Ci-cita?
-- Si, bueno, es que tenía miedo de que si decía que era una cita, no aceptarias.
-- Nonono, tranquilo. Estoy encantada de tener una cita contigo.
-- De verdad?
-- Sii, no seas bobo.
Mis amigas tosieron y me di cuenta de la escenita que estábamos montando Alan y yo, me sonrojé.
-- Después dices que no es tu novio - comento Karen.
-- Parecéis más novios que amigos - comentó Anna.
-- Que disfrutéis de la cita - comentó Julia.
-- Gracias - dijimos al unísono.
Mire a Javier de reojo, estaba sorprendido, desvié la mirada inmediatamente.
-- Bueno, adiós - dije a mis amigos.
-- Adiós - me dijeron todos.

Estuvimos paseando por el parque, compramos unos dulces y una lata de refresco. Era genial, estaba encantada de la vida con él, no quería perderle.
-- Eiko, llevas mi gorro.
-- Emm... Si...
-- Oix que linda.
-- No digas eso... - Me tapé la cara de la vergüenza.
-- Vale, vale... - Me miró con una tierna sonrisa.
Pasó la tarde rápido, me lo pasé muy bien. Lo único que me molestó fue que Javier estaba saliendo con Anna, era un gilipollas, no quería saber nada del tema... Así que decidí olvidarle, no me importaba pero si era eso lo que quería, felicidades.
Aquella noche lloré... Y no se por que lo hice... ¿Aún quería a ese gilipollas?

Sentimientos EncontradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora