02. Malia Tate

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Toqué el timbre esperando que abriera ella y no su padre. Esperé unos momento y la puerta se abrió dejandome ver a mi chica.

—Malia. —susurre abrazandola. Aspire su aroma, era dulce y suave.

—Katy. —dijo separandose y robandome un beso.

—Que desesperada, Tate. —bromee.

—Estoy luchando por no descontrolarme, así que no viste todo. —dijo colocando sus manos en mi cintura.

—Oh, ¿En serio? —dije rodeando su cuello con mis manos.

—Sólo... vamos o te haré mia aquí, en la entrada. —advirtió mirando el porche.

—Vamos. —reí tomando su mano para adentrarnos al bosque.

(...)

—¡Diablos!

—¿No puedes? —preguntó mi novia desde el suelo junto a la canasta del picnic.

—¡Llevo 30 minutos intentando atrapar esa maldtita ardilla y no puedo! —grité frustrada tirando mi arco.

—Tranquila, puedo buscarla y matarla. —sugirió.

—¿Qué? No. —dije mirandola confundida —Yo solo...

—Oye, es solo una ardilla. —hizo que la mirara.

Tal vez no era solo la ardilla, tal vez era el hecho de que por alguna razón sentía que Malia debía saber que su padre era Peter, yo lo sabía hace tiempo pero el hecho de que exista la posibilidad de perderla me atemorizaba y no se lo diría por nada del mundo.

O al menos no ahora.

—¿Sabes qué? Tienes razon. —dije haciendome la seria.

—Lo se. —sonrió.

—¿Y sabes qué?

—¿Qué?

—Te haré mia, ahora en este mismo bosque. —caminé hasta ella escuchando en crujir de las hojas bajo mis pies, la tomé por la mejillas y le di un beso.

Nuestras lenguas bailaban al compás de un ritmo que ambas marcabamos, nuestros labios pegados y sus manos paseándose por todo mi cuerpo, llevándome al cielo.

Nos fuimos acostados lentamente en la manta del suelo, quedando yo arriba y ella abajo de mi, coloqué mis piernas a cada lado de su cuerpo sin dejar de besarla. Sentí mi blusa levantarse, mi piel se erizo en cuanto los dedos de Malia rozaron mi torso, para luego quitarla por completo. Ella abrazó mi espalda y me giró rápidamente para colocarme contra el suelo, luego continuó con mi pantalón seguido de mi brasier, me quedó unos momentos mirando mi cuerpo.

—¿Puedes decirme que tanto miras? —sonreí juguetona.

Ella solo mordió su labio inferior —Aprecio el arte de tu cuerpo.

Senti mis mejillas rojas mientra intentaba cubrirme con los brazos.

—Oye, no cubras lo que comeré. —se quejó apartando mis brazos.

Reímos y volvimos a besarnos. Esta vez yo le quité la ropa lentamente, deleitandome de sus aromas que emanaba y la suavidad de su piel. Y así continuó nuestra tarde.

Besos, toques, éxtasis, gemidos, jadeos y muchos, muchos orgasmos.

Nos acostamos en el suelo, tapadas por un manta, desnudas mientras yo recargaba mi cabeza en el pecho de Malia. Ella me miró a los ojos sin parpadear, como queriendo cer dentro de mi.

—Te amo. —soltó, yo solo sonreí.

—Yo igual, cariño.

Sin más, nos besamos. Saboreando nuestro bello momento a solas.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒▪︎𝖳𝖾𝖾𝗇 𝖶𝗈𝗅𝖿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora