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Me mando una rosa.

Adam me mando una rosa que en otro tiempo habría sido el detonante perfecto para escribirle.

Pero ya no estábamos en otro tiempo, era el presente.

No le escribí, no le agradecí por una rosa que con el tiempo se marchita y se olvida. No hice nada.

Y no, no me sentía mal por ser así, ya no tenía 15 años, él no tenía 16, ahora él estaba en la universidad podía enamorarse de nuevo, podía conquistar a otra chica.

En algunas relaciones el tiempo es un buen aliado pero en la nuestra no fue así.

Entonces entendí que a veces las personas regresan al pasado por alguien que quieren volver a hacer su presente.

Con el Pasar de los AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora