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Al llegar a casa y abrir Facebook tenía un mensaje de él. Decía que sí llego al café pero yo ya no estaba, dijo que el autobús en el que el venía se había averiado y todos los pasajeros tuvieron que esperar el suguiente.

Estaba tan enfadada que ni si quiera le pregunte si él estaba bien, en cambio le dije que dejáramos de intentarlo porque era imposible. Él no puso objeción, sencillamente dijo.

- OK.

Paso lunes, martes, miércoles y aun lo seguía pensando y así un jueves por la noche, impulsada por mi estúpido corazón enamorado, le escribí.

El estaba molesto porque yo no lo  había entendido ¿en serio fue él el que se molesto?  Yo debí ser la que debió armar escándalo por dejarme plantada. Pero no, la torpe niña de 15 años ahí estaba, hablándole de nuevo al chico que decía que quería estar con ella.

Con el Pasar de los AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora