42

39 12 1
                                    

Pasaron los meses, Adam había cumplido 18 y el vínculo familiar estaba roto.

Ellos desconfiaban de mí y yo solía pensar que lo que hacía estaba mal.

Amar estaba mal y pensando eso iba a terminar con él pero cuando lo tuve frente a mi, sonriendo, no pude y aun con todos los problemas pasados y los que estaban por venir, no lo dejé.

Ahora me doy cuenta que amar no es ningún delito y aunque Adam no se mereció mi amor, ese sentimiento nunca será un pecado.

Con el Pasar de los AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora